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La Fiscalía pide para Serbielle y el resto penas que no conllevarían su ingreso en prisión

La Fiscalía ha pedido para las cuatro personas que entre ayer y hoy han sido juzgadas en París, entre ellas el cantante zuberotarra Peio Serbielle, penas de entre cuatro y cinco años de prisión que, de confirmarse, no requerirían el ingreso en la cárcel de ninguno de ellos.


En el caso de Peio Serbielle, que ya pasó 16 meses en prisión preventiva, la Fiscalía ha pedido cinco años de prisión, dos y medio de ellos sin cumplimiento.

Para Maryse Lavie ha reclamado una condena de cinco años, con la exención de cumplir cuatro. También para Robert Arricau ha solicitado cinco años, con la exención de cumplir tres (pasó año y medio en prisión preventiva).

En el caso de Didier Arricau, ha reclamado cuatro años de prisión con la exención de cumplir los cuatro.

La sentencia se conocerá este jueves a las 13.30.

La causa comenzó a juzgarse ayer en el Tribunal Correccional de París con nada menos que 14 años de retraso sobre los hecho que se reprochan a los acusados. La Fiscalía acusa al cantante zuberotarra Peio Serbielle y a los bearneses Robert Arricau, Maryse Lavie y Didier Arricau de «pertenencia a organización de malhechores en una empresa con fines terroristas», por alojar a militantes de ETA.

Todos ellos fueron arrestados el 3 de octubre de 2004 durante la que la Policía gala bautizó como «operación santuario», en la que fueron detenidas 17 personas. Entre los detenidos en esa operación, desarrollada principalmente en Euskal Herria y en Bearn, figuraban Mikel Albizu y Marixol Iparragirre, condenados con posterioridad por la Justicia francesa a altas penas de prisión por «pertenencia» a ETA en «grado de dirección».

Precisamente, el abogado Jean-François Blanco denunció al arranque del proceso que se ha sacado del olvido una causa judicial nada menos que con catorce años de retraso, un plazo que, a su entender, «es incompatible con la noción misma de un proceso justo».

Por su parte, Serbielle invitó al tribunal a situarse a la altura del momento histórico que vive Euskal Herria.