«No somos turistas en Donostia», defiende la marcha de BiziLagunEkin
Una manifestación convocada por la plataforma BiziLagunEkin ha recorrido este viernes las calles de Donostia para mostrar rechazar un modelo turístico que «está creando daños irreparables en muchos lugares del mundo: daños sociales, económicos y ecológicos».
La movilización ha arrancado desde la zona de Monpas, ha recorrido todo el paseo de la Zurriola y, tras cruzar el Urumea, se ha adentrado en la Parte Vieja antes de finalizar junto al kiosko del Boulevard.
En el acto se ha dado lectura a un manifiesto en el que se ha recordado que esta marcha coincide con la celebración en la capital guipuzcoana del Consejo Ejecutivo de la Organización Mundial del Turismo. «Se llenan la boca hablando de sostenibilidad, pero el turismo está creando daños irreparables en muchos lugares del mundo. No es una cuestión de intransigencia de donostiarras o vascos. No es ningún odio o fobia hacia los turistas. La misma preocupación que hay en muchos otros territorios y ciudades ha aparecido en Donostia».
Han denunciado que los discursos oficiales y la propaganda defienden que «el turismo solo trae bondades; crea riqueza; y el crecimiento del turismo es siempre bueno. Pero hace tiempo que en Donostia no tragamos ese discurso. Encontramos razones para no creerlo en nuestras propias vidas: al pagar la vivienda, al buscar trabajo, al organizar algo en la calle, al intentar vivir en euskara, por ejemplo».
Los promotores de BiziLagunEkin subrayan que «no tenemos nada en contra de quien visita la ciudad en sus vacaciones. Los problemas que hemos mencionado, más que de los turistas, son responsabilidad de quien ha diseñado y promueve sin medida este modelo de turismo».
Frente a ello, reclaman «un debate transparente y abierto sobre este tema», porque «negar los problemas que hemos mencionado y criminalizar a quien se sale del discurso único no es el camino. Hacemos un llamamiento a denunciar las afecciones que crea el turismo; a hablar con vecinas y vecinos sobre este tema y responder conjuntamente a los problemas comunes. Lo que afecta a nuestra ciudad, afecta a nuestras vidas. Las condiciones de vida de las donostiarras son la prioridad y vamos a organizarnos ante la especulación, la explotación, la estandarización y la expulsión».