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Los críticos de Podemos no se sienten aludidos y dicen defender el mandato de 2015

Los cuatro parlamentarios críticos con la dirección de Podemos de Nafarroa han afirmado que no se dan por aludidos ante las acusaciones de «tránsfugas» que les han dirigidos sus tres compañeros de grupo parlamentario y, al contrario, han asegurado que son ellos quienes defienden el mandato ciudadano recibido en 2015.

Laura Pérez, Carlos Couso, Fanny Carrillo y Rubén Velasco, parlamentarios críticos de Podemos-Ahal Dugu en Nafarroa. (Iñigo URIZ/ARGAZKI PRESS)

Por eso, dicen en un comunicado conjunto, «nos sorprende que tal beligerancia hacia la mayoría del grupo parlamentario no se haya dirigido hacia una dirección en Navarra y en Madrid que, cada día más, se aleja de los principios programáticos con los que se presentó a las elecciones, priva a la ciudadanía navarra de tomar sus propias decisiones y elude el debate de proyectos mediante la purga de la diferencia».

«Bajo la comodidad de las estructuras del partido en Navarra y en Madrid, lamentamos que prefieran hablar de siglas vacías y de elecciones en 2019 que de los importantes compromisos plasmados en el acuerdo programático que aún quedan por cumplir en este año», añaden Laura Prez, Carlos Couso, Rubén Velasco y Fanny Carrillo.

Los cuatro lamentan además que sus compañeros de escaño hayan comparecido en una rueda de prensa «con el único fin de desacreditar a quienes no hacemos seguidismo de una dirección autoritaria, que secuestra los recursos del grupo parlamentario, desasiste e invisibiliza nuestro trabajo, el cual, sacamos adelante con responsabilidad».

En todo caso, y por encima de las «profundas diferencias políticas y de principios existentes», les invitan a «retomar la senda del compromiso con el cambio y a cesar en sus acusaciones de pretender utilizar el escaño para crear un nuevo partido».

En este sentido subrayan que «el único nuevo partido que hay es el que ha surgido de la mano de personas como Santos, Aznárez, Sáez y Buil, renegando de todo lo que Podemos decía ser en sus orígenes, que en nada se parece a esa herramienta de cambio en la que creyeron 46.000 personas en Navarra y 94.000 en el Estado».

Por eso, «frente a su institucionalización», ellos subrayan su «compromiso con la unidad del espacio político que ocupó Podemos» como «herramienta» para la «transformación social».

Y concluyen que «solo el debate abierto, participativo y desde abajo hará cambiar el preocupante rumbo de un proyecto que fue crucial para garantizar el cambio y que debemos reconstruir colectivamente para que éste, no sólo perdure, sino que aspire a ir más allá».