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Jaxin Gomez Viniegra
Alternatiben Herria

«El 2 de junio en Iruñea mostraremos las alternativas que construimos en auzolan»

Este sábado Alternatiben Herria mostrará en Iruñea en qué trabajan multitud de colectivos que buscan construir un modelo diferente al capitalismo. Uno de los ámbitos que estará presente es la soberanía alimentaria frente a las grandes corporaciones transnacionales, un campo en el que participa Jaxin Gómez Viniegra en Mundubat.

Jaxin Gomez Viniegra, de Alternatiben Herria y Mundubat. (Jagoba MANTEROLA/FOKU)

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-¿En qué consiste Alternatiben Herria, que tendrá lugar este sábado en Iruñea?

-Es un placer para Iruñea acoger el 2 de junio la mayor fiesta de alternativas económicas, sociales y culturales de toda Euskal Herria. Alternatiben Herria ya tiene una trayectoria desde que nació en 2013 en Baiona. Ha estado también en Bizkaia y llega ahora a Iruñea. Acumula la visita de mucha gente para mostrar todas las alternativas al capitalismo que estamos construyendo en auzolan (energéticas, financieras, económicas, del ámbito del euskara, ...). Cada uno suele estar en sus dinámicas de colectivo, focalizadas habitualmente en un pueblo o valle, pero ahora las tendremos juntas. Así, el sábado tendremos en Iruñea desde un espacio central donde habrá mesas redondas y ponencias para darle una dimensión técnica o política hasta Arragoa donde estarán quienes trabajan el tema de euskalgintza y otras cuestiones o Auzo Ekonomia que mostrará cuestiones de economía alternativa y solidaria como finanzas éticas. Habrá varios «barrios», uno de los cuales será Herriak eta Lurra, donde analizaremos el tema de la soberanía alimentaria, defendiendo conceptos como el derecho al acceso alimentos culturalmente adecuados, a consumirlos en circuito corto, que el mundo rural esté vivo con medios dignos para poder producir nuestros propios alimentos y acceder a la tierra, al agua y a las semillas de manera desmercantilizada. Poder explicar cómo estamos acompañando procesos de soberanía alimentaria pueblo a pueblo, valle a valle, mediante redes de acción transversales y cada vez más fortalecidas es muy importante. Cada vez se expresa más alto y más claro que la soberanía ampliada pasa por el derecho a la capacidad de producir nuestros propios alimentos., de no traerlos desde miles de kilómetros, de no dañar al Sur con una mochila social y ambiental insoportable ni dañarnos nosotros con una mochila de ese tipo sino tener alimentos en nuestro entorno más inmediato y poderlos distribuir a precio justo.

-Tanto en el tema de la soberanía alimentaria como en otros ámbitos que estarán en Alternatiben Herria se busca priorizar los derechos de las personas frente a los intereses del capitalismo.

-Sacar del mercado las semillas, la tierra, el agua, el conocimiento de producir nuestros alimentos es poner a las personas primero. La comunidad tiene que ser capaz de cuidarse a sí misma. En el campo, por ejemplo, hay muchísima gente que no son titulares de tierra o que está trabajando de sol a sol pero es invisible. Se trata de poner a las personas primero, de interiorizar en los procesos productvos de construcción de economía alternativa las variables social, ambiental y comunitaria y repensar todos los procesos. Eso no lo hace el capitalismo, que se limita a intentar maximizar beneficios explotando rápido una zona para dejarla seca y pasar a la siguiente. En Nafarroa tenemos datos que son notables. Entre 2002 y 2013 se cerraron 4.300 explotaciones, la mayoría pequeñas y medianas. Se ha podido perder en torno al 25% de las fincas. Otro dato es que Iruñea es la segunda metrópoli después de Luxemburgo con mayor ratio de grandes superficies comerciales. Es una lógica perversa. Diez empresas manejan el 50% de la comida en Europa. Pero podemos darle la vuelta haciendo redes serias desde campo a ciudad, donde nos comprometamos de una manera muy política y responsable. Hay un decálogo, Lurrarekin Bat, que se le ha enviado a cientos de sociedades de Euskal Herria para que cuando compren productos como vino, aceite o leche lo hagan de manera crítica y responsable, apostando por baserritarras de la zona. A veces pedimos compra responsable a instituciones para comedores escolares, se está consiguiendo a través de la nueva Ley de Contratación Pública de Nafarroa, pero es importante que se haga también a otros niveles. Votamos todos los días, muchas veces. Cuando tomamos un café o compramos una lechuga construimos país y territorio, la cuestión es qué país y territorio construimos.

-¿Se están dando pasos efectivos en el ámbito institucional?

-Hay decenas de colectivos que lleva muchos años construyendo alternativas y haciendo cosas muy interesantes. Muchas veces en solitario y predicando en el desierto. Ahora, verdaderamente, se visualiza más red y tenemos la posibilidad de incorporar en la agenda pública cuestiones clave de economía alternativa y solidaria o de soberanía alimentaria. En los ayuntamientos hablamos de gobernanza alimentaria. Podemos poner ejemplos muy interesantes. A nivel navarro, tenemos la nueva Ley de Contratación Pública, que ahora hay que articular para que hospitales y colegios tengan en sus comedores alimentos de proximidad que permitan una vida digna a los productores. Para ir de la semilla al plato, hay un puntal que son los grupos de la sociedad civil, otro puntal que son los agricultores que realizan una transición más sostenible. Pero también tienen que estar, en la mitad, las administraciones públicas que hagan políticas prácticas de gobernanza alimentaria. Un ejemplo interesante es la recuperación de un mercado de productores locales en Lizarra. En Tudela están trabajando la huerta social, intentando recuperar y dignificar La Mejana. En Baztan quieren instalar una FP Agroecológica en euskara y está trabajando muy bien una red de productores con la marca Baztango Zaporeak. En Iruñea se ha entrado como ciudad en el Pacto de Milán y se han introducido menús frescos, locales y de temporada en diez escuelas infantiles.

-Recientemente se han tomado decisiones contra los glifosfatos, una noticia que no tiene excesivo eco mediático pero que tiene su importancia.

-Ha habido toda una campaña por parte de una plataforma que se llama Navarra Libre de Transgénicos y ha sido imponente la respuesta de muchos ayuntamientos, que han suscrito una moción que es muy coherente pero muy compleja, porque une la prohibición de los transgénicos en el término municipal con la la prohibción del biocida glifosfato, que es el que más se utiliza de una manera irresponsable. Además, se fomenta la agroecología. Hay más de 40 ayuntamientos que han firmando ese compromiso, entre ellos Tafalla, Lizarra, Olite, Iruñea, Leitza, Baztan. Representan a más del 50% de la población navarra. Es importante también en el caso de Iruñea, ya que el herbicida glifosfato se ha utilizado en ribazos de los caminos, en paños de muralla, en parques, en jardines, en escuelas. Se habían ido desterrando la mayoría de los usos, pero con esta moción se subraya que no hay vuelta atrás y si quedara algún uso que se erradique. Es muy importante porque tiene efectos oncológicos y en este caso el principio de prevención es clave.