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El hostigamiento de EEUU-Israel provoca el cierre de filas en Irán

La campaña de los EEUU de Trump –y de Israel– de apoyo a la diáspora iraní y de acicate a las protestas populares por la crisis económica del país, agravada por las sanciones, parece poco efectiva y de momento, ha provocado el cierre de filas de las facciones en el poder en la República Islámica, que desoyen los últimos cantos de sirena de la Casa Blanca.


Recientemente se han encadenado declaraciones de responsables estadounidenses y del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, con el objetivo de instigar las protestas populares contra las autoridades iraníes y un derrocamiento del régimen.

El secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, prometió en un acto con iraníes de la diáspora que la Administración Trump tiene «vuestros mismos sueños para el pueblo de Irán». «Le corresponde al pueblo iraní elegir a sus líderes, pero con el presidente Trump, EEUU no permanecerá en silencio», anunció Pompeo, quien tildó a la República Islámica de «mafia».

Washington lanzará un canal multimedia en farsi, televisión, radio y redes sociales, con el objetivo –explicó Pompeo– de que «los iraníes sepan que EEUU está a su lado» Un respaldo del que muchos iraníes dudan debido a las reimposición de duras sanciones económicas a partir del 6 de agosto y a la inclusión de Irán en el veto antiinmigratorio islamófobo.

Más escépticos se muestran incluso con Israel, que ha creado también una página web y un canal de Telegram en farsi dirigidos al pueblo iraní. Netanyahu ha publicado un vídeo en el que pide «ayudar al pueblo de Irán a alzar la voz contra un régimen que le oprime», mientras que hace un mes aseguró que los iraníes muestran »coraje en las calles», en alusión a las protestas y huelgas aquellos días.

Crisis económica

La situación interna en Irán es complicada debido a la crisis económica que atraviesa el país. Su moneda ha perdido dos tercios de su valor desde comienzos de año, cuando fue escenario de una ola de protestas populares contra la corrupción y la carestía de la vida. El martes, el rial se depreció un 18% en dos días, pasando de 100.000 por un dolar a 119.000 riales. Ayer mismo, el Gran Bazar de Teherán estaba abarrotado, con gente haciendo acopio de todo tipo de género antes de que arranque en unos días el primer tramo de las renovadas sanciones restauradas por Trump.

Sin embargo, muchos expertos dudan de que esa crisis haga tambalear al régimen. El director del Centro de Estudios Iraníes de la Universidad de Londres, Arshin Adib-Moghaddam, señala que «la Administración de Trump persigue sombras (...) La posibilidad de un cambio de régimen desde el exterior es exactamente cero. Cuba es un buen ejemplo. Los países revolucionarios que han mantenido su distancia de EEUU son en gran medida estables», subraya. En opinión de Adib-Moghaddam, las políticas de Netanyahu muestran su «desesperación» por su «creciente aislamiento» y su temores a la presencia del grupo chií Hizbulah y de Irán en sus fronteras con Líbano y Siria.

A su juicio, «el espejismo del cambio de régimen y las amenazas extranjeras han permitido cerrar filas entre los diferentes actores del Estado iraní», lo que fortalece al sistema de cara las intermitentes protestas populares por la crisis económica.

Cantos de sirena

Ello explica quizás las matizaciones de los portavoces estadounidenses en el sentido de que no buscarían «cambiar el régimen sino su comportamiento». El propio Trump ha hecho estos días un llamamiento al diálogo que ha sido rechazado por todas las facciones en el poder en Irán.

El ministro de Exteriores, Mohammad Javaz Zarif, instó a EEUU a hacer honor a sus compromisos firmados, confirmando que Teherán no va a negociar con unos EEUU imprevisibles con la Presidencia de Trump.

El analista político Fuad Izadi, de la Universidad de Teherán, recela abiertamente de esos cantos de sirena e insiste en que «EEUU busca la desintegración y el colapso de Irán» y sus políticas no solo apuntan a un cambio de régimen, sino a crear el caos y convertir el país «en una segunda Siria».

«Irán no es Corea del Norte», ha advertido el general de los Guardianes de la Revolución, Mohammad Ali Jafari.

Por contra, el ministro francés de Exteriores, Jean-Yves Le Drian, apunta que Trump estaría repitiendo con Irán su estrategia con Corea del Norte: «Atacar, tomar medidas fuertes y, luego, negociar», zanjó.

 

Trump mantiene el carril con Pyongyang tras el desafío de Kim

Los EEUU de Trump intentan mantener el carril negociador con Pyongyang pese a las informaciones sobre la continuidad de los programas nuclear y balístico norcoreanos. Según los servicios secretos estadounidenses, citados por “The Washington Post” el lunes, Corea del Norte estaría construyendo «uno, puede que incluso dos» nuevos misiles en un gran complejo de investigación en Sanumdong, cerca de Pyongyang, donde fabricaron el primer misil norcoreano capaz de alcanzar la costa este de EEUU.

El Pentágono «no comenta asuntos de Inteligencia», pero el propio Pompeo admitió ante el Congreso que Pyongyang seguiría produciendo materiales nucleares seis semanas después de la cumbre histórica Trump-Kim.

Lo cierto es que, como recuerdan los expertos, en ningún momento Kim Jong-un se comprometió a suspender sus programas y solo dio su palabra para «trabajar por la desnuclearización de la península coreana». Así, no es para nada extraño que un país siga con sus programas mientras espera a las negociaciones. Pese a que Trump alardeó de que «Corea del Norte ya no es una amenaza nuclear».GARA