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Ocho caminos a la verdad del conflicto, desde el qué o el por qué

El V Foro Social que aborda de modo monográfico el derecho a la verdad de las víctimas del conflicto ha comenzado en Iruñea con una exposición del profesor de la Universidad del Ulster Brandon Hamber, sudafricano residente en Belfast. Ha detallado hasta ocho modos de alcanzar esa verdad, pero con la necesidad previa de definir qué se busca: si qué pasó o por qué ocurrió.

Conferencia de Brandon Hamber sobre víctimas y verdad. (Jagoba MANTEROLA / FOKU)

La verdad puede ser una, pero los caminos de llegar a ella resultan bien diferentes. Y todos los ha recorrido el profesor sudafricano Brandon Hamber en la ponencia que ha abierto este V Foro Social, hoy en Iruñea y mañana en Bilbo. Antes de desgranarlos ha explicado la necesidad de preguntarse previamente para qué se quiere esa verdad («mostrar lo malos que son los enemigos, dar un paso hacia la reconciliación, aprender del pasado...») y también de definir si lo que interesa es saber qué ocurrió («quién mató a quien») o por qué pasó, algo obviamente más dado a interpretaciones.

Sentadas estas premisas, ha explicado con ejemplos cuáles son esos ocho métodos. El más clásico o estándar son los tribunales, «pero el problema es que son lentos y se basan en procesos individuales, por lo que siempre van a hacer falta muchos juicios para aclarar el por qué».

Cabe también llegar a la verdad a través de la apertura de archivos, si es que existen (el ejemplo que ha usado es el de la Stasi en la antigua RDA), o de la reapertura de causas judiciales (en Irlanda se ha hecho con 1.800 casos que no se habían tratado en los tribunales). Están también las conocidas Comisiones de la Verdad, con la sudafricana –que ofreció amnistía a cambio de reconocimiento de verdad en un plazo determinado– como referencia más clara. Y junto a ellas, las llamadas «comisiones históricas», que «no dependen ya de los testimonios de las víctimas, sino de personas independientes, académicos... Se ha hecho en Colombia, o antes en Europa tras la Segunda Guerra Mundial», ha recordado Hamber. Este último procedimiento resulta muy válido para llegar al por qué.

Tres métodos más para sumar a esta lista son los «procesos de recuperación de información» como la Comisión de Desapariciones del Norte de Irlanda, que ha permitido recuperar 13 de 16 muertos a manos del IRA a través de intermediarios y por tanto sin efecto judicial; los «procesos de recuperación de la verdad informales», mediante expertos que elaboran películas, libros o webs al efecto; y los «procesos de compartir relatos», caso de las víctimas que viajan por sus países difundiendo y recogiendo información.

Desde su conocimiento muy directo como profesor en Irlanda, Brandon Hamber ha analizado por último cómo se llegó a la verdad sobre el «Bloody Sunday» de enero de 1972 y sus catorce muertos en manos de los soldados británicos. Y aquí ha distinguido igualmente hasta ocho pasos, desde el primer informe oficial británico que solo buscaba «encubrir» los hechos, y que lo que logró realmente fue disparar la demanda de verdad, hasta el actual Museo abierto sobre ese «domingo sangriento». Pasando por la campaña insistente de las familias, las dos películas que impulsaron mucho el conocimiento del caso, el informe encargado por Tony Blair y concluido en 2010, o la posterior disculpa oficial, sin tapujos, del entonces primer ministro David Cameron. Todo ello ha subrayado otra de las ideas-fuerzas de esta ponencia: la verdad no es un momento puntual, «es un proceso».