Un paso atrás ¿para dar dos adelante?
Meses le costó a Bielsa hacer del rojiblanco un equipo reconocible en su juego.
Largo tiempo le supuso a Marcelo Bielsa hacer del Athletic un equipo reconocible. No bueno, solo reconocible. Para ello necesitó de una pretemporada y un tercio de Liga. Los rojiblancos flotaban en la zona de peligro y los aficionados vivían histéricos los cambios de posición de los jugadores, ocupando algunos zonas que no conocían, disparando así los nervios de la grada.
Lo que le ocurrió a aquel Athletic es algo parecido al actual y su esperanza se agarra a que Berizzo sigue tocando teclas para que la partitura deje de emitir ruido y produzca música.
En cualquier caso, visto que viene una semana de parón liguero y que el margen de error es mínimo porque por arriba empiezan a espabilarse, habrá que poner las pilas a jugadores como los laterales De Marcos y Yuri, que no pueden pasar de la excelencia al despropósito de la noche a la mañana y no pueden olvidar que, ante todo, son defensas. No es tampoco de recibo que a Beñat y Susaeta, a su edad, haya que recordarles cómo se sacan las faltas y los corners, o que chutar a portería no supone perder puntos en el carnet de futbolista. Como tampoco puede ser que a Williams se le penalice por no meter goles y se le remita constantemente a Aduriz, cuando el donostiarra no se destapó como goleador hasta que superó los 3o años.
En cuanto al ambiente, San Mamés presentó una muy buena entrada con más de 46.000 aficionados. Sin embargo, sobre todo en la segunda parte, salvo algúna protesta puntual, volvió a parecer el Teatro Arriaga. Silencio en el graderío. Quizás tenga que ser así, pero si lo que la directiva y los socios quieren es que haya un poco de ambiente, lo de mantener a la grada de animación, la de Iñigo Cabacas, en el córner, pone la alegría y el ánimo a los jugadores más cerca del vomitorio que del césped.
La remodelación de Anoeta, con la grada Aitor Zabaleta detrás de la portería es un acierto a tener en cuenta para evitar que el campo bilbaíno termine pareciendo la Pasarela Cibeles.