Y el PNV mandó a parar (parte II)

El sorpresivo paso atrás de Elizegi deja en el aire una carrera presidencial que ya solo un apremiante as en la manga jelkide salvaría.

No descarten nada. Que no haya elecciones a falta de candidatos, pero tampoco, ojo, que ante la incertidumbre de un vacío de poder se fuerce un pretendiente de última hora salido de la Junta Directiva recién dimitida. Lo único seguro en estos momentos es que a Aitor Elizegi el sueño de presidir el Athletic le ha durado lo que la portada del periódico vizcaino que ayer nos invitó a desayunar con la noticia de la candidatura del conocido cocinero –estaba previsto registrarla hoy–. En cuestión de horas, la ilusión que denotaba el aspirante se vino abajo y a mediodía se conocía su renuncia a nada. Razones económicas se aducían para explicar el drástico viraje, pero a nadie se le escapa que el también presidente de Bilbao Dendak no era el delfín del PNV, partido al cual este sinuoso adelanto electoral, con su visto bueno, no le pilló con el pie cambiado, pero sí descalzo.

El martes en Sabin Etxea estaban que echaban humo y no era fumata blanca. Al día siguiente, es decir, ayer, se abría el periodo oficial para la presentación de candidaturas a la presidencia de Ibaigane, la tercera pata del ‘Sacrosanto Imperio Vizcaino’, y el partido no tenía candidato, en tanto se daba por hecha la concurrencia de Aitor Elizegi, alternativa que no era vista con buenos ojos por diferentes razones y no solo de feeling. Desde un principio el partido jelkide no ha querido que hubiera elecciones, ni en primavera ni ahora. Pero el tiro casi le ha salido por la culata. Dar por hecho que Josu Urrutia tendría un relevo asegurado dentro de su misma Junta Directiva fue un error de cálculo, porque ninguno de los posibles ha querido dar el paso al frente. Javier Aldazabal era el ‘delfín’, las presiones sobre él fueron casi tortuosas, pero dijo no. Los otros posibles, Uribe-Etxeberria o Corres, dijeron lo mismo. Previamente, el empresario José Antonio Jainaga se descabalgó y ahora se estará tirando de los pelos ante esta situación inédita y sin candidatos ni siquiera ‘oficialistas’.

Explicación de Aitor Elizegi

El frustado candidato en boca de todos ayer era Aitor Elizegi. A media tarde hizo público un poco aclaratorio comunicado en el que apenas detallaba una razón por la que su aspiración había decaído en apenas unas horas, las que fueron desde que hiciera las declaraciones a ‘‘El Correo’’ la tarde-noche del martes, confirmando su candidatura –«estoy muy ilusionado» –, hasta la noticia a mediodía del miércoles de que se echaba atrás.

Encabezado por un «seguiré apoyando al Athletic como un aficionado más», Elizegi pasa a detallar el único argumento por el que habría desistido en su idea: «Tras varios meses de trabajo y estudiar en profundidad la viabilidad del proyecto que queríamos llevar a cabo, finalmente, he decidido junto con mi grupo de confianza no presentar mi candidatura a la presidencia del Athletic Club. Consideramos que el marco normativo que emana de la actual ley del Deporte nos impide presentar un proyecto y una candidatura solvente, sólida y que esté a la altura de este Club. Desde la responsabilidad y la reflexión, desde la sinceridad y honestidad que demuestra nuestro amor hacia el Club, consideramos que no se dan las circunstancias necesarias para hacer frente a una misión que no requiere dudas, sino certezas».

El aval económico de unos 19 millones –al parecer en su caso vía un fondo de inversión que tampoco se sabe si consiguió– exigido por la Ley del Deporte para poder concurrir a la presidencia y su ejecución en caso de problemas futuros, estarían detrás de esta explicación.

Durante todo el día de ayer se hizo mucha ingeniería financiera y legal para argumentar lo difícil que es concurrir a estas elecciones sin ser un miembro de la anterior Junta –por aquello del aval–, además de una situación de incertidumbre económica en el club, incluso con unas cuentas saneadas, por la previsible caída de ingresos, aumento de gastos y un panorama deportivo nada alentador.

Ahora, con el periodo de candidaturas y presentación de firmas, cerca de dos mil, con la fecha límite del 7 de diciembre, es tiempo de ver cómo maniobra Sabin Etxea para salirse con la suya, después de su grueso error de cálculo. Cabe la posibilidad de que nadie se presente y haya que tirar de Estatutos para ver qué dicen de esa inédita situación, que siga Urrutia, pero tampoco descartar que la vía expedita que deja Elizegi sirva de arreón para que desde el ‘oficialismo’ se saque un último as de la manga que reconduzca todo al redil. En definitiva, un culebrón palaciego que daría para una temporada completa de ‘‘House of Cards’’. Por ahora, y hasta nuevo sobresalto, nos quedamos con la segunda parte de ‘‘Y el PNV mandó a parar’’.

«Athletic indartu» recela de la bonanza económica que defiende el club

«Athletic indartu», la corriente que se viene gestando desde hace días con la idea de tener algo que decir en estas elecciones presidenciales sigue en la pomada, aseguraban ayer fuentes de esta plataforma, aunque tampoco confirman que su apuesta vaya a concretarse en una candidatura propia. ¿Y por qué? «Porque nos están llegando informaciones desde distintas partes que nos advierten de que la situación económica del club no es tan buena como se dice y que hay un déficit estructural de mucha pasta que echa para atrás a la gente interesada», argumentan. «No tiramos la toalla», matizan, pero reconocen que los riesgos son grandes, a pesar de lo cual siguen perfeccionando y mejorando su decálogo base de propuestas.

J.V.

ELIZEGIK ATZERA EGIN DU BAt-bATEAN

Athleticen presidente berria aukeratzeko hauteskundeak kulebroi hutsa bilakatzeko bidean doaz. “El Correo”-k bere atzoko azalean Aitor Elizegi sukaldariaren adierazpen batzuk jaso zituen, «ilusioz beteta nago» esanez eta bere hautagaitza aurkezteko dena prest zuela argi utziz. Bada, apenas ordu batzuk igarota, ohar bat kaleratu zuen hautagaitza bertan behera uzten zuela jakinaraziz. Arrazoia, nahiz eta oso argi utzi ez, ekonomikoa omen da, baina badirudi atzean EAJ alderdiaren eskua dagoela.