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Bizi! cuestiona los informes del Departamento para no acoger a un menor migrante

El movimiento presenta certificados oficiales que desmienten la valoración de edad en la que se basó la institución de Pau para dejar sin protección a un huérfano guineano detenido hace un año en Baiona


Los militantes del movimiento Bizi! regresaron ayer a Pau para denunciar la «sucesión de despropósitos» que, a su juicio, se han producido en el caso de los dos menores guineanos detenidos hace un año en Baiona.

La primera irregularidad se produjo en el momento mismo de arresto, cuando, pese a que los dos migrantes se identificaron como menores, estos fueron encarcelados durante casi una semana en la cárcel de Baiona.

Tras una comparecencia de urgencia en el tribunal labortano, el juez accedió a asignar domicilio provisionalmente a los jóvenes, al tiempo que derivaba el caso hacia la administración de Pau, competente en materia de menores.

El Departamento de Pirineos Atlánticos, al que corresponde asegurar la acogida de menores, contestó la declaración de uno de los migrantes, Moriba Koivogui. Ya el pasado 7 de febrero, miembros de Bizi! llevaron la denuncia del caso hasta la sede del COS, entidad que se encarga de elaborar informes para dossieres institucionales.

Ayer, el movimiento altermondialista trasladó la queja a las puertas de la sede central del Departamento de Pirineos.

Mensaje de la Policía

Además, expuso ante los medios presentes un documento oficial que vuelve a poner en cuestión las fallas del procedimiento seguido por el servicio social departamental que, según Bizi!, ha dado mayor credibilidad a un «misterioso mensaje» de la PAF (policía de frontera) en el que se atribuía la mayoría de edad a Moriba, que a los certificados consulares presentados por el joven migrante. Tampoco se tuvo en cuenta que ni siquiera el informe de medición ósea que le fue realizado a Moriba Koivogui por encargo de la institución era concluyente respecto a la edad del guineano.

Ayer Bizi! presentó los certificados de fallecimiento de los progenitores del joven migrante, que aportan un dato fundamental: la edad de la madre.

Según explicó Txetx Etxeberri, «de acuerdo al certificado, para que Moriba pudiera tener la edad que le atribuyen los servicios del Departamento, 22 años, su madre debería haberle parido a los siete u ocho años de edad, ya que nació en 1988».

Los activistas de Bizi! denunciaron el «acoso administrativo y judicial al que se ha sometido a este menor huérfano» que lleva casi un año en un limbo jurídico, lo que pone en peligro su «proceso de recuperación», de la mano de la familia que le acoge y con el apoyo del centro escolar de Baiona en el que cursa actualmente sus estudios.