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AMAYA VILLANUEVA Y MARÍA SILVESTRE
IMPULSORAS DEL OBSERVATORIO DEL EDADISMO

«Las personas mayores son maltratadas por la prensa»

Amaya Villanueva es médica retirada y miembro del Consejo de Personas Mayores de Bizkaia; María Silvestre, profesora de la Universidad de Deusto, socióloga y doctora en ciencias políticas. Trabajan para modificar el imaginario social de las personas mayores que se proyecta en los medios.


El edadismo o la discriminación por razón de edad se produce en la sociedad y se reproduce en los medios. Ante la necesidad de que se proyecte una visión real del colectivo de forma que se reflejen la pluralidad y la heterogeneidad de las personas mayores en nuestro entorno, ha nacido el Observatorio del Edadismo, una iniciativa conjunta del Consejo de Personas Mayores de Bizkaia, la Diputación Foral y Gizadiberri.

Algunos de los frutos de su trabajo se presentarán en una jornada que se celebrará el 14 de febrero en el Palacio Euskalduna de Bilbo. Contarán con una mirada internacional, el trabajo de la academia, la mirada de los medios, reflexiones compartidas y otras que esperan compartir. Están todas invitadas.

¿A qué edad empieza una a ser persona mayor?

María Silvestre: No tenemos una definición actualizada de lo que es una persona mayor. Entre la definición social y cultural que existe y la autopercepción que tienen las personas mayores de sí mismas hay una gran distancia. Seguimos vinculando el hecho de ser mayor con dejar de trabajar en un empleo remunerado, cuando una persona que se prejubila o se jubila, entre los 60 y 65 años, tiene por delante muchísimos años de esperanza de vida, además con salud, para contribuir muchísimo a la sociedad. Hacerse mayor hoy, vinculado con un mayor grado de dependencia, de vulnerabilidad, no ocurre hasta muy pasados los 80.

Amaya Villanueva: Ahora mismo yo no me considero una persona mayor. Me veo como soy; de repente, por el hecho de jubilarme, no soy distinta y tengo sueños y un buen estado de salud. El término “persona mayor” no me molesta, pero creo que la sociedad castiga mucho esos términos. En realidad, desde que nacemos empezamos a envejecer y parece que es una cosa negativa cuando es algo que se puede considerar un logro porque hemos conseguido alargar la supervivencia de las personas con una buena calidad de vida. Lo que pasa es que hay unos parámetros económicos que lo ven distinto, por ejemplo como un incremento de gasto.

A.V: Socialmente, a la idea de persona mayor se le asocia un significado negativo, de coste, decrepitud, enfermedad... cuando en realidad las personas mayores se ven activas y saludables. Ahí hay una disociación entre la imagen que tiene la sociedad de las personas mayores y la que tienen ellas. Esto afecta a su propia identidad. Si el único rasgo que subrayamos en una persona es la edad que tiene y si tener más de X años es algo negativo, perjudicamos a esa persona porque presumimos que su edad la desvaloriza cuando eso no es así.

La preocupación por este tema está presente en la OMS y en Europa. No es algo reciente.

A.V: Pero cuesta hacer llegar a la sociedad.

M.S: Eso tiene que ver con la voz y la visibilidad que tienen las personas mayores en esta sociedad. La reivindicación procede de ellas y si las hacemos a un lado, es difícil que cuaje. La otra cara de la moneda es toda la reivindicación de las personas pensionistas, que está entrando en la agenda política porque se han organizado, están manteniendo una movilización constante y haciendo un llamamiento al conjunto de la sociedad. Nos tenemos que dar cuenta de que los mayores de 60 años son casi un tercio de la población en nuestro entorno y que toman decisiones en el voto, en el consumo y en otros muchos ámbitos. Sus demandas deben ser atendidas. Los partidos políticos se están dando cuenta de su peso político, no solo demográfico.

Las propias personas mayores, denominadas «antenas», están colaborando en la identificación de noticias estereotipadas sobre ellas.

A.V: Ya tenemos una red de antenas creada por whatsapp. Hay dos formas de colaborar, bien puntualmente enviando al observatorio una información de un estereotipo o bien entrando en la red. Ahí estamos ya unas cuantas personas que comentamos imágenes o noticias. La idea es analizarlas, combatirlas y sensibilizar. De forma paralela, se ha desarrollado un estudio técnico sobre las noticias relacionadas con las personas mayores en prensa escrita con la participación de la Universidad de Deusto. Se presentará a la prensa y al público en general en la jornada del 14 de febrero. En cuanto a las antenas, seguimos identificando noticias estereotipadas y creo que esto debería de tener una continuidad porque ayudará a crear un banco de datos que refleje cómo se nos ve. Animamos a la gente a ser “antena”.

¿Qué ideas están saliendo de esa labor de las antenas?

A.V: Muchas cosas interesantes. Que haya estereotipos negativos no es que nos lo hayamos inventado: es que los hay. Te sorprendes de las imágenes y las frases incluso de expertos. Por ejemplo, se preguntan por qué votan los mayores de 90 años y no los menores de 16.

M.S: En el trabajo que están haciendo las compañeras de la Universidad de Deusto han visto que las personas mayores en prensa escrita están asociadas con temas de enfermedad, vulnerabilidad, pobreza, incapacidad... La ancianidad se trata muchas veces de forma sensiblera o muy dramática. Entonces, se genera todo un imaginario de las personas mayores vinculado a esos temas. No es que no haya situaciones de pobreza y exclusión, lo que ocurre es que las personas mayores son tan plurales como las adultas o jóvenes. Es un colectivo maltratado por la prensa escrita, y se trata peor a las mujeres. Se les vincula más a la incapacidad, incompetencia, los accidentes de tráfico... Mientras que hay más reportajes de hombres premiados. Por otra parte, con la edad ellas siguen siendo cosificadas y están sometidas a los imperativos estéticos. Sin embargo, en ellos la edad tiene más vínculo con la experiencia y el reconocimiento.

¿Las mujeres mayores son, además, invisibilizadas?

A.V: Ahora entre las jubiladas hay dos generaciones: se ha pasado de cuidar a los hijos a cuidar a los padres y ese cuidado sigue recayendo en las mujeres.

M.S: Son seres socialmente invisibles que se les niega ese reconocimiento. En cuanto al conocimiento, cuando eres joven no tienes legitimidad porque eres joven y cuando eres mayor tampoco la tienes porque eres mayor, cosa que en los hombres no pasa. Las personas mayores hacen una enorme aportación en el cuidado de nietas y nietos y también en el voluntariado. Bizkaia es una de las regiones europeas donde participan en mayor proporción en voluntariado: 21%.

A.V: Se nos presupone que no tenemos inquietudes sociales, y nos preocupa mucho el mundo. Somos gente socialmente muy comprometida y eso no se transmite en los medios.