INFO

En Donostia, la lucha no se para

Minutos antes del mediodía iban llegando al Boulevard donostiarra distintas columnas, como la procedente de Morlans o la de Martutene, que iban sumándose a otras que ya estaban de kalejira por la zona, como la de las mujeres pensionistas. Miles de mujeres se han concentrado, puntuales, ante el Kiosko, para escuchar el discurso general del movimiento feminista y los testimonios de representantes de sectores especialmente vulnerables.

Arakatzaile honek ez du bideo elementua onartzen.


«Si las mujeres paran, se para el mundo». Uno de tantos mensajes que se repiten en los últimos años en torno al 8 de Marzo. Las mujeres continúan movilizadas para que la igualdad de derechos pase de las leyes a la realidad, para «terminar con tanta hipocresía», o para dejar de ser «brazos sin rostros» allí donde todavía la discriminación laboral es más que evidente, como han indicado desde el micrófono del Kiosko del Boulevard quienes han puesto voz (también con el lenguaje de signos) a colectivos como las mujeres de la Asamblea de Pensionistas, que cada lunes se reúne en Alderdi Eder, y a quienes exigen políticas de género para que la discapacidad no sea sinónimo de desigualdad…

Entre aplausos y gritos de «Gora borroka feminista!», también se han hecho escuchar las Trabajadoras del Hogar de SOS Racismo –«no somos ‘la chica’, tenemos nombres y tenemos una historia, y queremos que se sepa»–, las huelguistas de las residencias de mayores de Gipuzkoa –que pusieron énfasis en que el trabajo de cuidados que se hace «gratis» en casa, luego se convierte en «precario» cuando se lleva al mercado laboral–, y las que también mantienen la huelga de limpieza en comisarías y juzgados –que pusieron cifras a la brecha salarial comparando su sueldo con el de hombres que trabajan en otros ámbitos de limpieza.

Las intervenciones se han prolongado durante más de media hora y han concluido con un llamamiento a seguir en la lucha cargado de esperanza: «Hoy es 8 de Marzo, pero a partir de mañana seguiremos luchando; esta lucha la vamos a ganar». Otra gran ovación, más frases a coro, un bertso y a seguir moviéndose…. ahora con una kalejira multitudinaria bajo un sol que ha logrado abrirse paso entre los nubarrones que habrían refrescado la mañana.

Del barrio al centro de la ciudad

Este año, como han indicado las portavoces del movimiento feminista, se han organizado actos en más de 200 pueblos de Euskal Herria, dando prioridad a que se refuercen lazos y se construyan nuevas alianzas desde cada barrio y cada localidad. Eso ha ocurrido al mediodía y sucederá de nuevo con las numerosas manifestaciones convocadas a partir de las siete de la tarde.

En la capital guipuzcoana, por la mañana, en los barrios la huelga feminista comenzó a notarse a las puertas de los centros educativos. Por ejemplo, en la ikastola pública de Riberas de Loiola solo se levantaron las persianas de un par de aulas e incluso la haurreskola permaneció cerrada.

No obstante, la mayoría de los establecimientos comerciales de la zona de Riberas y Amara Berri, casi todos atendidos por mujeres, todavía estaban abiertos hacia las once de la mañana. Ciertamente, «si las mujeres paran…» no habría quien atendiera el kiosko de prensa, las panaderías-degustaciones, muchos de los bares-restaurantes, los supermercados, las fruterías, las farmacias, las agencias de viajes, muchas de las sucursales bancarias, la herboristería…

Ya en Amara Berri, encontramos cerradas las puertas de una panadería –de una cadena local– y de la mercería colindante. Tampoco había rastro del ajetreo habitual a esas horas en torno al Politécnico Easo y el Instituto Usandizaga. La explicación estaba en la entrada del primero, donde habían colocado el resultado de la votaciones realizadas en las asambleas de los turnos de mañana y tarde; en total, de 391 alumnas y alumnos, 351 votaron a favor del paro.

Más adelante, están cerradas por motivo del 8 de Marzo una clínica privada y una agencia inmobiliaria. En los indicadores de las marquesinas se avisa de que las líneas de dBus funcionan con retraso. Ya en la plaza Easo, las trabajadoras de Euskotren han montado una pequeña concentración con su propia pancarta morada; en el interior se han puesto listados de horarios son los servicios mínimos.

Caminando hacia el centro y según las agujas del reloj se van acercando al mediodía, el morado se va haciendo cada vez más visible. Globos en los árboles, lazos en semáforos y farolas; también los magnolios y cerezos se suman con sus flores. Mujeres en cuadrilla o de una a una, con brazaletes, fulares y otras prendas moradas caminan en la misma dirección.

A la altura del Buen Pastor, una columna que llega desde Morlans pone ambiente con cacerolas y silbatos. «Gora borroka feminista!» corean mientras cruzan la zona comercial por las calles peatonales; aquí la mayoría de las tiendas de moda están abiertas de par en par, aunque se ve a pocas clientas en su interior…

Ya solo faltan cinco minutos para las doce cuando llegamos al Boulevard, al mismo tiempo que lo hace la «marcha rodada» que ha partido a las diez de la mañana desde la cárcel de Martutene. Las bicis moradas dejan atrás a los autobuses, que ya solo pueden hacer un pequeño del Boulevard, porque el resto lo van ocupando miles y miles de mujeres dispuestas a terminar con «miles de años de desigualdad», como comentará poco después una de las pensionistas.