«Arnaga no dejó todo resuelto pero ganamos condiciones para completar el camino»
Anaiz Funosas, presidenta de Bake Bidea, y actor activo del proceso de resolución que ha transitado entre las conferencias internacionales de Aiete y Arnaga, regresa a la hermosa villa de Kanbo exactamente un año después de que en esa mansión de estilo neo-vasco se oficializara el final de ETA. Durante esa visita comparte con GARA las enseñanzas que dejó ese encuentro. Este es un avance de la entrevista que publicará mañana este diario.
Anaiz Funosas recorre las estancias de Villa Arnaga, las mismas salas en que, un año atrás, se dió una ceremonia solemne que vino a cerrar una historia de sesenta años, la de ETA, para abrir una nueva oportunidad cara a la resolución democrática a la cuestión vasca.
Un año después de la Conferencia de Arnaga, el proceso de resolución pivota de forma clara sobre el reconocimiento a las víctimas, el final de las políticas de excepción que castigan a los presos y a sus familias y, globalmente, sobre la construcción de la reconciliación.
Sobre esas cuestiones, pero también sobre las sensaciones personales que tuvo durante un encuentro rico en emociones, habla con GARA Anaiz Funosas, para quien esa conferencia internacional, sin dejar resueltas todas las cuestiones, «sí nos permitió elevar el campo base, para ganar condiciones y perspectiva cara a alcanzar la cumbre».
Valora los pasos dados desde entonces, tanto por la asociación de familiares de presos Etxerat como por decenas de víctimas de ETA, cara a buscar perspectivas compartidas, y dar respuestas, mirando al futuro, a un pueblo «sediento de verdades».
Por otra parte, la presidenta de Bake Bidea hace hincapié en la «obligación moral» que ella y el resto de miembros de la delegación vasca que tiene abierta -superados algunos obstáculos y síntomas de bloqueo- una interlocución en el Ministerio de Justicia francés, en París, sienten para avanzar «más y más rápido» en la cuestión de los prisioneros.