Xabier González García, el último nombre que engrosa la lista de muertes en Zaballa
Salhaketa ha presentado un manifiesto en el que se denuncia la «nula iniciativa de actuación por parte de las autoridades políticas y judiciales competentes para esclarecer las circunstancias de estas muertes».
En lo que va de año han fallecido cuatro personas presas en la cárcel de Zaballa, tres de ellas menores de 30 años. Se trata de una «tragedia evitable y silenciada», una situación «inaceptable, sobre todo cuando la mayoría de esas muertes podrían evitarse, simplemente, con la aplicación estricta de la actual legalidad vigente».
Así lo recoge el manifiesto presentado hoy por Salhaketa en Gasteiz, donde se ha celebrado una concentración. Los firmantes del texto, al que se han adherido 16 asociaciones, entre las que figuran Etxerat, Jaiki Hadi, la Comisión Legal Sol y la Associació Catalana per la Defensa dels Drets Humans (Acddh), denuncian la «nula iniciativa de actuación por parte de las autoridades políticas y judiciales competentes para esclarecer las circunstancias de estas muertes», y preguntan al Ministerio del Interior qué medidas piensa tomar para poner fin a esta situación.
Además, emplazan al Gobierno autonómico a posicionarse, «ya que en materia de sanidad y salud en prisiones sí tiene competencias». «Emplazamos también a las consejerías de Seguridad y Justicia que jamás han respondido a estas situaciones que, recordemos, ocurren en territorio vasco», apunta el documento, en el que se recogen nueve medidas propuestas por Salhaketa para evitar más muertes en prisión.
Entre las mismas figura que el Ministerio Fiscal no se inhiba e investigue de oficio las muertes bajo custodia del Estado; que las direcciones de las prisiones informen con imparcialidad a las familias «y no se limiten a buscar que se incinere el cadáver para evitar autopsias posteriores que esclarezcan las circunstancias en las que se han producido las muertes»; y que se ofrezcan garantías para que los familiares de las personas presas puedan transmitir incidencias a la dirección de la cárcel «sin que ello suponga represalia de ningún tipo para el familiar preso».
Sin ver a sus hijas ni a su pareja
Cabe señalar que en la concentración han estado presentes los allegados de Xabier González García, fallecido el 25 de abril en la prisión alavesa. Adrian Donnay, integrante de Salhaketa, ha leído un comunicado en nombre de la familia, que ha advertido de que González llevaba dos años y tres meses en Zaballa, «tiempo en el que no se le permitió ver a sus hijas, ni siquiera a su propia pareja en los últimos meses».
Asimismo, su padre y su madre han querido «dejar patente el descontrol que predomina en la cárcel de Zaballa», donde les ha resultado «muy difícil comunicar, con garantías», incidencias respecto a la situación de su hijo que falleció a consecuencia de una parada cardiorrespiratoria, tal como recoge el informe provisional de la autopsia. El informe definitivo todavía no se conoce, es más, según ha señalado la abogada Marta Aldonondo, podrían pasar dos meses hasta su publicación.
Ella está asesorando a la familia que, «al igual que en casos anteriores, han vuelto a ser informados del fallecimiento por teléfono, sin ayuda sicológica ni acompañamiento de referencia de ningún tipo. No han sido informados debidamente de sus derechos, por lo que han incinerado a Xabier antes de tener los resultados completos de la primera autopsia. De esta manera sería imposible realizar una segunda».
«Aunque las causas de la muerte de Xabier todavía se desconozcan, sabemos que se podía haber evitado, como la gran mayoría de las muertes bajo custodia, que no son naturales. Anunciamos, por lo tanto, la personación de los familiares en la causa y la voluntad de esclarecer los hechos», ha remarcado Donnay, quien ha afirmado que el director de Zaballa aceptó reunirse con los familiares de González, «al contrario de lo que hizo con los de Jonathan», un joven gasteiztarra muerto semanas antes.
«Creemos que estas reuniones tienen sentido si el director está dispuesto a escuchar a los familiares y a aceptar sus responsabilidades. En la reunión del martes pasado no ocurrió nada de esto: tras cinco minutos de reunión, el director, no asumiendo sus responsabilidades, decidió interrumpir la reunión. Esta atención es clemente insuficiente para los familiares», ha añadido.