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Maroto: sombra alargada de una satisfacción contagiosa

El sábado un fondo de Mendizorrotza coreó un «¿Y Maroto qué?». La pérdida de su escaño ha satisfecho a buena parte de Gasteiz y es una larga sombra sobre esta campaña del PP.


El presidente del PP de la CAV, Alfonso Alonso, se dolió ayer de que «gobernamos mucho tiempo y debimos gobernar mucho más», en referencia a la expulsión de Javier Maroto de la alcaldía hace cuatro años. Maroto no estaba ayer en el acto de inicio de campaña del PP alavés. Dicen que algún día aparecerá después de haber perdido su escaño frente a Iñaki Ruiz de Pinedo. Alonso, mirando al Ayuntamiento de Gasteiz, expuso que la disyuntiva a la que se enfrentan los votantes es «o Leticia Comerón o un gobierno dependiente de Bildu. No queremos que nos gobierne Bildu», aseveró y por ello pidió a los «alaveses de orgullo» que voten al PP. Alguien en redes sociales se limitó a contestar: «No hay dos sin tres».

Según el último Sociómetro postelectoral, Araba es el territorio de la CAV en el que es más elevado el porcentaje que valora «muy positivamente» los resultados electorales. Un 46% al que sumar otro 42% que lo ve «más bien positivamente». Solo un 3% lo califica «más bien negativamente» y otro 2% «muy negativamente». Como se ve, la satisfacción por la pérdida del escaño de Javier Maroto ha sido generalizada y muy trasversal. Se ha celebrado en Mendizorrotza, coreando desde un fondo el «¿y Maroto qué?», en el partido contra la Real Sociedad; ha sido objeto de mofas en whatsapp con multitud de «memes», entre los que destacó el del candidato con una mochila de Glovo; y la secretaria general del PSE de Araba y candidata a diputada general, Cristina González, afirmó que «como siempre ocurre con los tramposos, los votantes se han llevado por delante a su vocero mayor».

 

En 2015, no todos empujaron

Alfonso Alonso advertía ayer a los candidatos Leticia Comerón e Iñaki Oyarzabal que «vais a tener a todos en contra» y rememoró «los apaños» de 2015. Pero lo cierto es que no todos los partidos tuvieron tan claro hace cuatro años que fuera intolerable que un político con el discurso xenófobo de Javier Maroto ocupara la alcaldía.

No cabe olvidar que al PNV le costó incluso aceptar la oferta de EH Bildu de cederle la alcaldía y en ningún momento llegó siquiera a considerar de forma real dar sus votos a la formación independentista para evitar que el candidato del PP repitiera al frente del Ayuntamiento. Entre Javier Maroto y Miren Larrion, Gorka Urtaran estaba dispuesto a que siguiera gobernando Maroto.

Ahora el PSE aplaude que se haya echado al «vocero mayor» de «los tramposos». Pero aquel 13 de junio de 2015 el PSE se echó atrás y no votó para impedir que un hombre tan perverso volviera a la alcaldía. Enfadada por la votación en Andoain, donde un concejal del PNV no apoyó al PSE dejando que EH Bildu mantuviera la alcaldía, Idoia Mendia ordenó no apoyar a Urtaran, lo que puso muy en peligro el cambio en Gasteiz. Afortunadamente, Irabazi estuvo al quite. Es decir, para el PSE la alcaldía de Andoain fue más importante que lo de Javier Maroto.

Como puede comprobarse, no todos quienes ahora se cuelgan medallas antepusieron entonces la demanda social y los principios a sus intereses partidistas.

Comerón, a sus militantes: «confiad»

La derrota del PP en Araba, la pérdida del escaño de Javier Maroto, tiene alicaída a la militancia del partido y sus dirigentes tratan de reanimarla. Ayer Alfonso Alonso aseguró que «salimos a ganar» y la candidata a la alcaldía dijo estar «ilusionada» y «absolutamente convencida de que vamos a ganar». «Os pido que confiéis», rogó a los presentes.

La caída de Javier Maroto es una sombra que arrastra hacia le depresión a los suyos y devuelve la sonrisa a la mayoría del resto.