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Sémper en campaña: de Ondarreta a Santa Clara, por el centro y sin gaviotas

En campaña hay que lograr que hablen de uno, y qué mejor para ello que embucharse en un neopreno y hacer la travesía de Ondarreta a Santa Clara para llamar la atención sobre la contaminación marina.

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Esta crónica empieza en la embarcación Aitona Julian II, a la que una decena de periodistas ha subido esta mañana por invitación de la campaña de Borja Sémper, candidato a la Alcaldía de Donostia por el PP, según dicen las malas lenguas. Ondeando la bandera pirata, la motora ha recorrido la bahía hasta dar con tres nadadores que se esforzaban rumbo a Santa Clara desde Ondarreta.

En un mar menos tranquilo de lo que esperaban, uno de los nadadores se para, levanta el brazo y saluda. Es Borja Sémper y esto, aunque no lo parezca, es un acto de campaña. Neopreno rojinegro, gafas blancas y gorro azul, que una cosa es esconder las siglas y otra cambiar los colores. Imposible no acordarse de Ramón Gómez, que también como candidato del PP a la Alcaldía de Donostia, en 2011, se metió a bucear con los tiburones del Aquarium y un cartel de «No tenemos miedo al futuro».

«Hemos ido por el centro, que es la forma más rápida de llegar», comenta Sémper nada más pisar tierra ante las cámaras que le rodean. Necesita un rato para recuperar el aliento, pero el juego que ha propuesto a los periodistas es el que es, mal que le pese. «¿Qué tal la travesía?», pregunta un periodista; «bien, bien», alcanza a responder, mientras los organizadores del encuentro piden unos minutos para que se recupere. Pero esto ya está lanzado. «¿Se veían muchas gaviotas?», sigue con guasa el periodista, que ante el titubeo de Sémper le recuerda que están en directo para el show de Ferreras en La Sexta. «Ah, coño, Antonio». Show must go on.

Por cierto, y ya que estamos, Sémper no solo ha logrado esconder las siglas de su partido, sino que también ha conseguido que apenas hubiese hoy gaviotas en Santa Clara. Solo tres han hecho acto de presencia en un inicio, para desaparecer posteriormente.

Bilbainadas en plena Donostia

Recuperado el aliento, arranca el acto en sí. Parece que lo va a hacer con un alarde de sinceridad, al explicar que la de hoy «es una acción para llamar la atención»… pero no se refiere a los medios, sino a alertar de lo que pasa en el medio ambiente y, en especial, en el medio marino.

El mensaje político del día es sencillo: convertir Europa en una ciudad de referencia contra la contaminación en el mar, aprovechando que «no hay en Europa una ciudad tan vinculada al mar como San Sebastián». Una bilbainada, si me lo permiten. La escueta propuesta pasa por proponer a empresarios y hosteleros que limiten la utilización de plásticos de un solo uso y por una apelación genérica al capitalismo verde y sus mil maravillas que nos quedan por descubrir.

Y ya está. Un discurso de poco más de dos minutos en una isla desierta ante una decena de periodistas, conscientes todos –me incluyo–, de que no estamos aquí por nada que vaya a decir Sémper, sino por el hecho de que se ha metido en un neopreno para, efectivamente, llamar la atención. Que nadie lo tome a mal, no es una crítica concreta al candidato del PP, que en eso de dar la nota todavía tiene bastante que aprender de contrincantes como Gasco, sin ir más lejos; es más bien una cruda radiografía que muestra en que se han convertido, en gran medida, las campañas electorales.