‘Pulp Fiction’, 25 años de twist, balas y ese maldito cangurito
El esperado retorno de Quentin Tarantino a Cannes con su último trabajo (‘Once Upon a Time in Hollywood’), coincide con el 25 aniversario de la Palma de Oro que logró en este mismo certamen con su referencial ‘Pulp Fiction’.
Quentin Tarantino dinamitó las pantallas con su explosiva tarjeta de presentación, ‘Reservoir Dogs’ (1992), una declaración de principios fílmica que determinaría el rumbo creativo de este insaciable devorador de películas que despertó todo tipo de conjeturas en cuanto se supo que su segunda película participaría en la Sección Oficial a Concurso del Festival de Cannes de 1994. Finalmente, y contra todo pronóstico para muchos, ‘Pulp Fiction’ se alzó con la codiciada Palma de Oro.
El jurado, presidido por Clint Eastwood, la había considerado como la mejor película a competición, por delante de los trabajos de cineastas como Nanni Moretti, Krzysztof Kieslowski, Nikita Mikhalkov, Patrice Chéreau, Atom Egoyan, Abbas Kiarostami o Zhang Yimou, típicos directores del gusto de Cannes.
El segundo largometraje de un entonces prometedor director de 30 años triunfó contra todo pronóstico en una noche que parecía destinada a Krzysztof Kieslowski. El director polaco, con su tercera entrega de la trilogía de los colores, ‘Rojo’, era el favorito, incluso para Tarantino, que confiaba en llevarse al menos el premio al mejor guion. Pero fue Michel Blanc, por ‘Grosse Fatigue’, quien logró ese reconocimiento. A continuación, el italiano Nani Moretti recogió el galardón al mejor director. Las esperanzas de salir laureado prácticamente se habían esfumado. Solo quedaba la Palma destinada a mejor película y entonces ocurrió lo inesperado, Clint Eastwood –presidente del jurado– abrió el sobre y anunció: «La película ganadora es ‘Pulp Fiction’».
¡Que comience el baile!
Aquella escena marcó un antes y un después en la historia del cine. Ya nada sería igual, ni para el director, que se convirtió en profeta del cine moderno, ni para los actores que hasta entonces, o no eran muy conocidos (Uma Thurman) o atravesaban horas bajas (Bruce Willis y John Travolta) y ni mucho menos para el hombre que se sentaba al lado de Tarantino en el auditorio de Cannes, Harvey Weinstein, el hoy caído en desgracia productor que hizo trizas las reglas del juego al convertir una película independiente de 8 millones de dólares en un taquillazo de más de 200 millones.
La película rompió moldes y las etiquetas que se encargaban de establecer diferencias entre el cine de culto del popular, lo minoritario de lo masivo, lo exquisito de lo escabroso. En resumén, ‘Pulp Fiction’ dejó noqueados tanto al público como a la crítica.
Dictada por un ritmo trepidante, un inusual montaje fragmentado, diálogos afilados y escenas para la posteridad como el twist compartido por Mia Wallace (Uma Thurman) y Vincent Vega (John Travolta) en el Jack Rabbit Slim's, cimentaron una leyenda asentada en un asombroso manejo de referencias cinematográficas que iban desde westerns como ‘Río Bravo’, pasando por un muestrario de películas de serie B y la obligada referencia a Jean Luc Godard y su ‘Bande à part’.
Por otro lado, el filme también se convirtió en un fenómeno iconográfico que inspiró a multitud de artistas de muy diferentes disciplinas. Como ejemplo de ello puede servir el meticuloso remix ejecutado por el conocido DJ australiano Pogo y que, bajo el título ‘Lead Breakfast’, se componía de fragmentos y frases de la película.
Once Upon a Time in Donostia
Tras su paso por Cannes la película recaló en Zinemaldia de Donostia, lo que propició una secuencia un tanto singular que añadió una gran dosis de morbo al estreno de ‘Pulp Fiction’.
En aquella edición del certamen donostiarra también se citó Oliver Stone, el cual acudió con ‘Asesinos natos’, un filme basado en un guion primerizo de un Tarantino que no dudaba en desproticar contra lo que Stone había plasmado en imágenes.
Visto cómo estaba el panorama, la organización de Zinemaldia tuvo que diseñar recorridos paralelos por las calles de Donostia para que ambos cineastas no se cruzaran.
Diego Galán recogió en estos términos el paso de Tarantino por Donostia en su excelente ‘Jack Lemmon nunca cenó aquí’: «La proverbial informalidad de Quentin estuvo a punto de dar al traste con su presentación formal de ‘Pulp Fiction’. No quería ir. Prefería enrollarse con Christopher Lee, a quien esos días estaba proponiendo una nueva versión de ‘Drácula’. Cuando Tarantino decidió acudir a la proyección era ya tan tarde que los acomodadores no encontraban asientos libres, salvo un palco demasiado ceremonioso para él. Sin dudarlo, se sentó en el suelo. Y allí se le pudo ver divertirse con su propia película y celebrar con sonoras carcajadas y aplausos encendidos la reacción entregada del público».
Travolta, el actor que resucitó con un twist
John Travolta fue uno de los grandes beneficiados del apabullante éxito de ‘Pulp Fiction’. El propio actor recordó este su ‘resurgimiento’ de la siguiente manera: «La verdad es que llegué a dudarlo mucho. Inicialmente yo fui el único al que Tarantino le ofreció el papel, y de pronto aparecieron toda serie de nombres como posibles candidatos: Mel Gibson, Tom Cruise, Tom Hanks, Kevin Costner... Todos estos actores fantásticos entraron en la competencia, por lo que yo me convertí en la tercera o la cuarta opción. Tarantino, sin embargo, me defendió con uñas y dientes y consiguió que me eligieran a mí por encima de todos los demás. Fue increíble».
En relación a la célebre escena del baile compartido con Uma Thurman, Travolta reveló que fue «muy divertido. Me encantó que todo el mundo valorara esa escena, porque a mí siempre me pareció un poco arriesgada. Tuve que bailar pero manteniendo el personaje, un gangster un poco pasado de peso que odia lo que está haciendo. Por lo tanto esa escena de baile fue muy buena como forma de explorar el personaje. Pero el público puede interpretarla de la forma en que se le antoje».
Por su parte, Tarantino nos descubrió que no escribió el rol de Vincent Vega para John Travolta: el cineasta había pensado para el papel en Michael Madsen, a quien había dirigido en ‘Reservoir dogs’. Según la versión del cineasta, «me encontré con Travolta un par de veces mientras escribía el guion. Había oído que él era un gran fan mío. Cuando yo era un crío, Travolta era la estrella del cine más rutilante de todo el mundo. A lo largo de la comida juntos, me di cuenta de que, caray, tenía delante a un buen Vincent Vega. Fue igual que con el personaje de Mia. Yo estaba enamorado de ese rol, pero no sabía qué aspecto tenía. Lo intenté con actrices negras, blancas, maduras y jóvenes. Ninguna me encajaba. Pero cené una noche con Uma y ¡bingo! Supe que la había encontrado».