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Ahora a todo el mundo le interesa Los Caídos

Cuando el Ayuntamiento del Cambio decidió meter el diente al espinoso asunto del Monumento a los Caídos de Iruñea, le cayó la del pulpo desde algunos sectores, especialmente de la derecha nostálgica. Pero ahora que llegan las elecciones, resulta que hasta los detractores de tocar ese mamotreto a mayor gloria del franquismo se plantean redefinirlo.

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Franco lleva fiambre más de cuarenta años, pero su espíritu está muy vivo; de hecho, cada día más. Durante todo ese tiempo, los gobernantes de la ciudad dieron por bueno que el Monumento a los Caídos siguiera cerrando la avenida de Carlos III con una plaza dedicada al conde de Rodezno, ministro de Justicia del dictador, y albergando en su interior las tumbas de los golpistas Mola y Sanjurjo. Hasta que en 2015 llegó el Cambio.

El equipo dirigido por Joseba Asiron decidió que había llegado el momento de poner fin a esa humillación para las víctimas del franquismo y se puso manos a la obra. Como primer paso, la plaza pasó a estar dedicada a la Libertad, pero el siguiente sería todavía más impactante: vaciar de restos de golpistas la cripta.

Y con mucho tacto, pero con total determinación, lo que parecía un imposible se hizo realidad, de tal manera que Mola y Sanjurjo fueron exhumados, dando el paso definitivo para empezar a redefinir por completo el Monumento a los Caídos.

A continuación, llegó el Concurso Internacional de Ideas, con una serie de proyectos ya seleccionados para afrontar un cambio sustancial del mismo o incluso su desaparición. Una tarea que tendrá que resolverse en la próxima legislatura.

Lo curioso del asunto es que después de décadas de tolerancia y ‘olvido’ premeditado de Los Caídos, una vez que el Cambio se ha centrado en él, hasta los partidos más críticos se han subido al carro de redefinirlo. Navarra Suma, que tanto se quejaba de eso de ‘reabrir heridas’ (como si estuvieran cerradas), ahora se plantea dotarlo de «nuevos usos y significados». Curiosamente son los mismos términos que ha empleado Maite Esporrín desde un PSN que tampoco es que haya puesto mucho empeño en el pasado para hacerlo.

Pero nunca es tarde si la dicha es buena y resulta gratificante comprobar cómo finalmente algunos terminan cayéndose del caballo y se suman a lo que no deja de ser un acto de justicia hacia aquellos que tanto sufrieron por pensar diferente de los golpistas del 36.