Una edición marcada por las bajas ideal para los escaladores
El Tour presenta sin tres de los cuatro primeros de la última edición –Froome, Dumoulin y Roglic–, el recorrido más duro que se recuerda con una crono individual y mucha montaña.
Bruselas acoge hoy con una etapa en línea y mañana con una contrarreloj por equipos el Grand Depart del Tour como homenaje 50 años después de su primera victoria en la prueba a Eddy Merckx, el ciclista que más días ha llevado (97) un maillot amarillo que cumple 100. Por eso cada día el líder llevará un maillot diferente para recordar a diferentes ganadores y momentos históricos de la carrera.
Eso da un carácter especial a la edición más dura que se recuerda con 54.100 metros de desnivel, un 20% más que el año pasado. La primera etapa solo presenta dos puertos de cuarta y está llamada a acabar al sprint, pero tras la crono por equipos de mañana de 27,6 kilómetros que marcará las primeras diferencias, el lunes hay cuatro cotas en los últimos 40 kilómetros, el miércoles una etapa de media montaña con dos puertos de Segunda y uno de Tercera en los 66 finales y el jueves una jornada de alta montaña con el primer final en alto en La Planche des Belles Filles (7 kms. al 8,7%) después de subir dos puertos de Primera, dos de Segunda y uno de Tercera en 160 kilómetros sin apenas terreno llano.
Tras otra etapa llana se entra el sábado en el Macizo Central con una jornada de cinco puertos de Segunda y dos de Tercera y el domingo con uno de Primera y uno de Tercera a 13 de meta antes de llegar el jueves a unos Pirineos muy exigentes.
Crono en Pau y el Tourmalet
La primera etapa pirenaica presenta dos puertos de Primera (Peyresourde, 13,2 kms. al 7%, y Hourquette d’Ancizan, 9,9 kms. al 7,5%) en los últimos 50 kilómetros antes de la llegada a Bagnères de Bigorre. Después de ese esfuerzo llegará la única crono individual en Pau de 27,2 kilómetros con dos cotas en la parte inicial. Dos elementos que beneficiarán a los escaladores, que al día siguiente tienen una etapa con final en el Tourmalet, que se subirá por la vertiente menos habitual, la de Luz Saint Saveur, con 19 kilómetros al 7,4%, tras superar antes el Soulor (11,9 kms. al 7,8%) en solo 117,5 kilómetros de recorrido.
La tercera etapa pirenaica del domingo presenta tres puertos de Primera en los últimos 65 kilómetros con las subidas a Lers (11,4 kms. al 7%), el Mur de Péguère (9,3 kms. al 7,9%) antes de la llegada inédita de Foix a Prat d’Albis, con 11,8 kms. al 6,9%.
Tras el segundo descanso y una etapa llana, el miércoles ya se llega a los Alpes con una etapa propicia para las fugas con un puerto de Tercera (Sentinelle, 5,2 kms. al 5,4%) a nueve de la meta de Gap. Al día siguiente se vuelve a la alta montaña con 5.050 metros de desnivel que presentan las subidas por encima de los 2.000 metros de altitud a Vars (2.109, 9,3 kms. al 7,5%), Izoard (2.360, 14,1 kms. al 7,3%) y el Galibier (2.642, 23 kms. al 5,1%) antes de afrontar el descenso de 19 kilómetros hasta la meta de Valloire. Más altitud presenta todavía el col de l’Iseran del día siguiente (2.770, 12,9 kms. al 7,5%) antes del final en Tignes (7,4 kms. al 7%). El sábado se llega a los 2.365 metros de Val Thorens tras una larga subida de 33,4 kilómetros al 5,5% en una etapa de 130 que presenta de salida el Cormet de Roselend (1ª, 19,9 kms. al 6%) y la cote de Longefoy (2ª, 6,6 kms. al 6,5%).
Una carrera abierta
Un recorrido muy duro que da opciones a los escaladores que intentarán acabar con la hegemonía del Ineos, que ha ganado seis de las últimas siete ediciones y tiene a los dos principales favoritos, el ganador del año pasado Geraint Thomas y el llamado a dominar la prueba en el futuro, Egan Bernal. Los dos han tenido contratiempos porque el colombiano iba a disputar el Giro y una fractura de clavícula le llevó a cambiar de objetivo y el galés se cayó y tuvo que abandonar en su última prueba de preparación, la Vuelta a Suiza.
Jakob Fuglsang llega tras su mejor temporada con victorias en Dauphiné, Lieja, Andalucía y una etapa de Tirreno, ser segundo en Flecha, tercero en Amstel y Tirreno y cuarto en la Itzulia, pero en las grandes solo logró un séptimo puesto en el Tour de 2013 y un décimo en la Vuelta.
Nairo Quintana ha logrado victorias en Vuelta y Giro y tres podios en el Tour, pero ha ido a menos en las dos últimas ediciones al acabar duodécimo y décimo. Por eso Mikel Landa puede ser la mejor opción del Movistar tras ser cuarto en el Giro y cuarto y séptimo en los dos últimos Tours. También llega tras ser segundo en Italia Nibali, ganador del Tour de 2014, del Giro en 2013 y 2016 y de la Vuelta en 2010, y con otros seis podios en las tres grandes.
Bardet presenta dos podios, dos sextos puestos y un noveno en los últimos cinco Tours. Además destacan Urán, segundo en 2017, Adam Yates, cuarto en 2016, su hermano Simon, ganador de la última Vuelta por delante de Enric Mas, que debuta, Kruijswijk, quinto del último Tour, Pinot, tercero en 2014, Porte, quinto en 2015, y Dan Martin, Top 10 en las tres últimas ediciones. En la nómina de sprinters sobresalen Peter Sagan, que buscará su séptimo maillot verde, Viviani, Groenewegen, Ewan, Trentin, Kristoff, Matthews, Laporte, Bonifazio, Nizzolo, Boasson Hagen, Zabel y Greipel.
Thomas espera repetir con Bernal la relación que tuvo con Froome
Un año más el Ineos parte como equipo a batir en una prueba en la que ha ganado con Wiggins (2012), Froome (2013-15-16-17) y Thomas (2018). El galés espera repetir este Tour la misma relación que mantuvo el año pasado con Froome, cuando el galés ganó el maillot amarillo en París y el inglés acabó tercero. El manager del equipo, Dave Brailsford, había comunicado que Froome iba a ser el líder claro del Ineos en su objetivo de ganar su quinto Tour y alcanzar a Anquetil, Merckx, Hinault e Indurain, pero su grave caída en la Dauphiné ha dejado vía libre a Thomas y Bernal.
El galés dijo en su rueda de prensa previa al inicio de la carrera que «Egan es un compañero honesto y mientras nos comuniquemos bien y estemos abiertos y dispuestos a colaborar el uno para el otro, como Froome y yo el año pasado, todo puede funcionar igual de bien. Obviamente, será una gran ventaja tener dos bazas del equipo para buscar la victoria en el Tour».
Su condición de ganador del año pasado y la ausencia de los tres corredores que le siguieron en la clasificación –Dumoulin, Froome y Roglic– le convierten en el primer candidato a la victoria en un Tour más abierto, pero Thomas señalaba que «no sé si soy el favorito, es un tema del que hablan los demás. No suelo apostar en las carreras, así que no es algo que realmente me interese. Me siento motivado, en buenas condiciones y estoy deseando que llegue la carrera y seguir adelante».
En las apuestas Bernal es el principal favorito, su victoria se paga a 3 euros por cada uno apostado, seguido de Thomas (4), Fugslang (6), Adam Yates (12), Richie Porte y Nairo Quintana (17), mientras que una victoria de Mikel Landa se paga a 23. Los dos corredores del Ineos volverán a ser favoritos, pero por primera vez antes del Tour toda la temporada de sus tres líderes ha estado rodeada de contratiempos.
Tras acabar tercero en Romandía Thomas tuvo una caída en su última prueba de preparación en Suiza que le obligó a abandonar, pero no le da mayor importancia: «Me siento bien. No hay ningún daño. Obviamente, fue duro golpearme la cabeza. Esa fue la razón por la que no pude continuar en carrera, pero después he hecho buenos entrenamientos y no creo que me afecte ahora».
Sobre los rivales directos Thomas dijo que «hay muchos», pero destacó al danés Jakob Fuglsang porque «viene estando fuerte todo el año. Richie Porte seguramente estará arriba, los hermanos Yates, cualquiera de ellos. Nunca sé cuál es Adam y Simon. De todos modos, hay muchos rivales y eso es lo que hace tan interesante esta edición del Tour».GARA