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Locura comparsera en aguas de la Ría y un millar en la comida solidaria con los presos

Los juegos de agua entre las comparsas han teñido de locura festiva las aguas de la Ría este mediodía. Pelucas de colores, tutús, boas y purpurina –«no mucha» y «biodegradable para no ensuciar las aguas»– han descontaminado cualquier «mal rollo». En las txosnas, un millar de comensales por los presos. 

Las comparsas, en medio de la competición. (Jaizki FONTANEDA/FOKU)

En Aste Nagusia de Bilbo hoy tocaban juegos de agua, y por la mañana, respetando la cuestión de las mareas. Era una apuesta arriesgada para la séptima mañana de Aste Nagusia. El desafío se ha dejado notar en cierto retraso en el comienzo de las pruebas, que han llenado de curiosos el puente del Arenal. Ni siquiera eso es problema para quien participa sin mirar si hay público o qué pueda pensar.

Al grito de «txooombo» equipos de las distintas comparsas, en algunos casos mixtos e incluso amenazando con innovar en la «doble comparsibilidad» se han sumergido en aguas de la Ría, con coloridos atuendos en muchos casos. No en vano, disfrazarse suma puntos, y aunque no fuera así, está a la orden del día entre el colectivo fiestero por excelencia.

Comparseras y comparseros se han medido a nado, con el remo, remando a mano y hasta cruzando «el rulo de la muerte» y dejando en manos de la adivinación desde el muelle de un acto del programa comparsero lo que debían explicar mediante mímica.

Los tiempos no se conocerán hasta mañana por la tarde, durante las pruebas de herri kirolak entre comparsas.

Metros de mesas en las txosnas

A mediodía, mientras las comparsas se medían en los juegos de agua, un grupo de voluntarios y voluntarias han montado las mesas y sillas necesarias para albergar al millar de comensales que se espera en la tradicional cita solidaria con los presos.

La tarde está reservada para otra prueba multitudinaria, la Hiri Krosa, que reúne corredores y corredoras de chupete hasta veteranos participantes, en un espectacular ambiente festivo.