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La primera Mesa y Junta dibuja los debates de fondo de la legislatura navarra

El Parlamento navarro retoma su actividad enormemente cambiado tanto en caras como, sobre todo, en juegos de mayorías. Los partidos ya no se relacionan entre ellos como lo hacían antes y eso tiene consecuencias que se notan desde el primer día, desde este lunes.

Javier Esparza muestra un cartel del Ospa Eguna.

Ramón Alzórriz, portavoz del PSN, era el que estaba más contento. Todos han jugado a cazarle, pero él siempre se ha escurrido. Pese a ello, la imagen del día, sin duda, era la de Uxue Barkos sin la pompa de la Presidencia y redescubriéndose como portavoz parlamentaria. Todavía se hace muy raro verla así. 

Javier Esparza ha buscado ser él quien aparezca mañana en las portadas. O, si acaso, buscar unos minutitos en algún telediario. Por eso se ha traído una fotografía impresa con una de las pancartas que se vieron en el Ospa Eguna y en la que se tachaba de fascistas tanto a él como a Albert Rivera y Santiago Abascal. El de NA+ ha querido buscar que sus compañeros de Parlamento condenaran la pancarta dentro de la Mesa, pero no lo ha conseguido. Quizá ha tirado demasiado de la cuerda con un texto polisémico, puesto que sí que el PSN ha entrado a repudiar el Ospa Eguna a través de una declaración institucional.

Los discursos en la sala de prensa tras la primera Mesa y Junta de Portavoces se debatían entre el regate corto de los temas más urgentes (Ospa, rechazo a la presencia de dos parlamentarios de UPN en una comida tras un acto de exaltación del golpe de 1936 en Leitza y elección del senador autonómico) y algunas declaraciones que marcan cómo será el juego político de estos cuatro años.

Si no fuera por el discurso furibundo de Esparza al hilo del Ospa Eguna, se habría visto mejor la coincidencia en las críticas de EH Bildu y UPN. Es uno de los elementos más llamativos. Bakartxo Ruiz ha hablado de un gobierno «macrocefálico» en referencia al salto de 9 a 13 consejerías. Y ha recordado que el Parlamento está obligado ahora a trasladar esas consejerías a comisiones y que va a ser toda una locura.

Sobre todo para Marisa de Simón (I-E), que, como está sola, tendrá que fajarse en 13 sitios a la vez. Una estructura inflada de esta manera solo generará más trabajo y burocracia y, principalmente, saldrá mucho más cara. Por ello, EH Bildu ha solicitado un informe sobre el sobrecoste de esta «macrocefalia» impuesta por el PSN. El portavoz de Navarra Suma, por su parte, hablaba del Gobierno como «la agencia de colocación de María Chivite». 

En las declaraciones de este primer día han aflorado también los primeros intentos de buscar un diálogo, aunque sea de mínimos, entre PSN y Navarra Suma. La votación (ponderada) en contra del Ospa Eguna ha escenificado esa mayoría de 31 votos (20 del entente de derechas y 11 del PSN). Además, se ha hablado del emplazamiento de Navarra Suma al PSN para mantener un encuentro. El PSN recoge el guante.

En clave ya más parlamentaria, Esparza ha colado dos iniciativas legislativas de cierto empaque. La primera trata sobre una nueva Ley de Símbolos y la segunda pide echar atrás el Mapa Local. Ambas son cuestiones que llevaba el PSN en su programa y que, después del filtro del acuerdo a 23, han desaparecido. 

Al hilo de esto, Alzórriz ha lanzado varias frases importantes. Ha explicado que el Gobierno ha venido a hacer realidad lo que indica del acuerdo programático a 23 y no sus promesas electorales. Punto, por tanto, para Geroa Bai y el extinto bloque del Cambio. Ahora bien, el PSN ha dicho que quiere reanudar el diálogo con Navarra Suma, porque este será un Gobierno «que llega a hablar con todos», que se centrará «en lo que nos une» y todo eso. Punto para Navarra Suma. 

Se diría  que aquí nada nuevo bajo el sol. Pero lo más llamativo es que Alzórriz, para defender que el suyo no es un gobierno débil, ha adelantado que habrá vasos comunicantes entre lo que sucede en el Parlamento y en los ayuntamientos. «Cuando unos hablan de estabilidad en el Parlamento, también está la cuestión de los ayuntamientos donde también los votos del PSN cuentan», ha afirmado.

Luego ha recordado que hay ayuntamientos de Navarra Suma y de EH Bildu que dependen de concejales del PSN. Esto es cierto, pero solo por los pelos. A decir verdad, solo un Ayuntamiento de EH Bildu depende del PSN, el de Uharte. Si se vinculan ayuntamientos a Parlamento, quien más tiembla es Esparza (Iruña, Barañain, Lizarra...).

Que el PSN admite ya públicamente la posibilidad de mantener gobiernos de EH Bildu en los ayuntamientos es todo un paso para ser la primera Mesa y Junta. En junio, cuando se constituyeron los consistorios, aquello era imposible. Y hace solo unos días, en Uharte, el cambio en la vara de mando se ejecutó de forma bastante rocambolesca. A ver cómo va evolucionando el discurso.

Por otro lado, EH Bildu ha sido el partido más centrado a la hora de imprimir ritmo al Parlamento. Ha solicitado que se empiece a trabajar de cara a conseguir que se invierta el dinero de las IFS y conseguir un acuerdo con el Estado. Y, en segundo lugar, ha avanzado un posible recurso de inconstitucionalidad a la Ley de Participación Ciudadana. Parece que en Madrid no ha gustado lo relativo a la convocatoria de consultas.

Por último, Ruiz ha apuntado que la situación política no es tan estable como parece y no solo por el complicado juego de mayorías. Asegura que en Madrid existe una posibilidad real de ir a unas nuevas elecciones que podrían modificar y mucho la situación en Nafarroa. Y además, que pronto se conocerá la sentencia por el «procés» catalán, que puede acabar sacudiendo fuertemente la política estatal. Toda una inyección de realidad.