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ALDAR KHALIL
DIRIGENTE DEL MOVIMIENTO DEMOCRÁTICO POPULAR DE KURDISTÁN OESTE

«El objetivo turco sigue siendo destruir nuestro proyecto democrático»

Considerado uno de los arquitectos de la Administración Autónoma del Norte y Noreste de Siria, Aldar Khalil analiza los principales retos que afronta la región tras el frágil acuerdo sobre la «zona de seguridad» alcanzado entre Turquía y EEUU.


Visiblemente cansado tras unos días de intensa actividad negociadora, Aldar Khalil recibe a GARA en la sede central del Movimiento Popular Democrático de Kurdistán Occidental (TEV-DEM) en Qamishlo. Cabeza visible de este organismo paraguas que agrupa a las diferentes organizaciones afines ideológicamente al PKK en Siria, Khalil habla sin tapujos sobre las verdaderas intenciones de Turquía, la relación del autogobierno con Damasco y los últimos mensajes lanzados por Abdullah Öcalan desde la cárcel.

A pesar de que ha echado a andar la primera fase de la «zona de seguridad», Turquía sigue amenazando con atacar la región si no se satisfacen sus exigencias. ¿Qué le parece?

Pese a la «zona de seguridad» y a que la coalición internacional está haciendo todos los esfuerzos posibles para evitar un ataque, el objetivo de Turquía continúa siendo la destrucción del proyecto democrático que estamos desarrollando aquí en el noroeste de Siria. Ankara no para de asegurar que construirá puestos de observación y que sus aviones y drones sobrevolarán dicha zona de seguridad fronteriza.

Las conversaciones no son a tres bandas, sino bilaterales EEUU-Turquía. ¿Cómo hacen para que sus demandas lleguen a la mesa de negociación?

Antes de sentarse con los turcos, EEUU se reúne con nosotros y les trasladamos nuestras demandas. Después de encontrarse con Turquía, nos trasladan lo negociado. En virtud del acuerdo que tenemos con Washington, no se aprueba nada que no cuente con nuestro visto bueno.

¿Esta «zona de seguridad» es la única manera de evitar un eminente ataque turco?

Nuestro firme deseo es que las amenazas turcas contra nuestra región cesen. Teniendo en cuenta la situación de guerra que vivimos y después de reunirnos con la coalición internacional, esta es la mejor solución que hemos encontrado para evitar un eventual ataque. Los americanos tienen la potestad de pedirle a Turquía que no dé un paso adelante y ataque la región porque hemos sido y somos socios en la lucha contra el Estado Islámico. Pero si EEUU no lo hace y estalla una guerra, es que prioriza su relación con Turquía.

¿Temen que Turquía pueda utilizar esta área de seguridad para reasentar a refugiados o traer grupos islamistas sirios cómo ya ha hecho en otras zonas de Siria?

Nuestra situación es ya de por sí muy complicada porque acogemos a cientos de miles de desplazados de todas las partes del país y también tenemos campos de detención de combatientes del Estado Islámico (ISIS), así como de sus familiares. La compleja gestión de los campos de detención es un problema que todavía debe resolverse. Lo que Erdogan quiere es exactamente lo mismo que hizo en Afrin para provocar un cambio demográfico, traer a refugiados de distintas partes de Siria, pero no para ayudarles, sino para utilizarlos contra nosotros y desestabilizar la región. Con todos los desplazados que está provocando la batalla por Idleb, seguro que le gustaría traerlos aquí.

A pesar de la coyuntura actual, la construcción de fortificaciones y túneles continúa.

Aprendimos la lección de lo que sucedió en Afrin. Cuando estalló la guerra no había suficientes túneles y fortificaciones preparadas, así que nuestras tropas y los civiles se convirtieron en un blanco fácil de los ataques de la aviación turca. Desde entonces estamos construyendo estructuras defensivas que permitan a milicianos y civiles protegerse de un eventual ataque.

Las continuas columnas de camiones repletos de armamento parecen indicar que la ayuda de la coalición internacional a las Fuerzas Democráticas de Siria (FDS) es constante. Más allá del ámbito militar, ¿reciben algún otro tipo de ayuda?

Lo que se ve en los medios no es lo que parece. No todos los camiones llevan ayuda para las FDS. La gran mayoría de este apoyo logístico es para las bases que la coalición tiene diseminadas por la región. Si se va a producir una operación militar, estos camiones transportan los materiales que la coalición va a necesitar para dicha acción. Más allá de esto, nuestra Administración no ha recibido ningún tipo de ayuda económica.

¿Se sienten abandonados por la comunidad internacional en la difícil gestión de los centros de detención de prisioneros del ISIS y los campos donde se hacinan sus familiares?

Las grandes potencias mundiales están gestionando este asunto de forma injusta. Nosotros vencimos territorialmente al Estado Islámico en una lucha en la que estaba implicada la Humanidad y pagamos un precio muy alto con miles de mártires y todavía padecemos las amenazas del ISIS. Como fuimos quienes acabamos con su califato, diariamente nuestra gente y ciudades son víctimas de ataques suicidas y coches bomba. Los centros de detención de combatientes del ISIS y los campos donde están sus familiares suponen una gran presión para nosotros en términos de seguridad. Además, la reconstrucción de las casas de las áreas liberadas del Estado Islámico, a cuyos dueños les gustaría volver pero no pueden hacerlo por el alto nivel de destrucción, también supone un gran trabajo que de momento recae exclusivamente sobre nosotros y nadie nos está dando apoyo y esto es algo inaceptable.

La oleada de detenciones contra políticos del Partido Democrático de los Pueblos (HDP) en Kurdistán Norte no tiene freno. ¿Cómo ve la situación?

El principal objetivo de Erdogan es acabar con el pueblo kurdo y ahora, además, es rehén de los ultranacionalistas del MHP, cuyo único propósito es combatir a los kurdos allá donde estén. Erdogan les dio su palabra cuando concurrieron conjuntamente a las elecciones, y por ese motivo está atacando de forma continúa Kurdistán Sur, presionando a Barzani y deteniendo a muchos políticos en el norte que han ocupado sus cargos a través de unas elecciones.

¿La relación con el Gobierno de Damasco está estancada o hay algún tipo de progreso?

En la actualidad no tenemos ningún tipo de negociaciones. Lo hemos intentado mucho en el pasado, especialmente a través de los rusos, pero el régimen sirio no acepta nuestras peticiones. Da la sensación de que Damasco no está preparado para conversar y buscar un acuerdo.

Se cumple ya año y medio de la ocupación de Afrin. Parece que será una cuestión de ardua y larga resolución.

La liberación de Afrin no solo está en nuestra mente sino que es un objetivo estratégico. Trabajamos en dicho propósito a diario y en todas las reuniones que celebramos con los diferentes actores implicados en la guerra preguntamos por una solución para Afrin. No hemos parado ni un minuto de luchar por esta región, como lo demuestran las acciones armadas contra el invasor que se producen casi a diario y los mártires con los que estamos pagando esta lucha. Además, los miles de desplazados ubicados en la cercana región de Shehba están esperando a las puertas de Afrin para regresar a sus hogares.

Los líderes tribales árabes muestran su total apoyo al autogobierno ante las amenazas de Turquía. ¿Mantener la cohesión de las diferentes comunidades que habitan Rojava es una de las claves del proyecto?

Desde el inicio hemos apostado profundamente por una nación democrática y esta apuesta no es temporal. Nuestras convicciones y creencias nos llevan a querer convivir kurdos, árabes, siriacos y demás comunidades. Por eso administramos el autogobierno de forma conjunta, y ello implica afrontar tanto los retos como las amenazas todas las comunidades juntas del norte de Siria. Esta es la clave para el éxito de este proyecto político en el futuro y la garantía para hacer frente a las amenazas que lleguen desde fuera.

¿Qué balance hace del proyecto de Confederalismo Democrático de Abdullah Öcalan?

Hay todavía muchos puntos de la hoja de ruta de Abdullah Öcalan que deben ser implementados y otros tantos objetivos por alcanzar. El primero es cambiar la mentalidad de la gente en relación a la aceptación de la multiculturalidad y de las diferencias religiosas. Debemos combatir contra la idea egoísta de una sola bandera, una sola religión y una única nación, ya que todos debemos convivir juntos. Queremos una nueva sociedad, pero todavía estamos en guerra y la gestión de esta situación hace que todavía muchas iniciativas estén todavía en fase embrionaria. Como ya hemos dicho en numerosas ocasiones, nos gustaría que este proyecto pudiera implementarse en toda Siria y que todos los sirios pudieran vivir bajo un paraguas democrático.

Hace poco Öcalan dijo que si le dejaran sería «capaz de resolver el conflicto kurdo en tan solo una semana».

Por supuesto que si el Gobierno turco permitiera que Abdullah Öcalan liderara un proceso de paz, él sería capaz de hacerlo. Porque él tiene mucho afecto hacia el pueblo kurdo y sus mensajes desde la cárcel siempre son muy serios. Si los turcos pudieran garantizar un cese de los ataques contra el PKK y apostar por la paz, las amenazas y acciones armadas contra nuestra región terminarían. Abdullah Öcalan tiene un proyecto para que las sociedades confraternicen y todas las comunidades le escucharían. Él puede resolver esta situación pero el problema está en el lado turco.