Vahaamahina hace el harakiri a Francia con una roja que permite remontar a Gales
Les bleus han sido superiores ante unos dragones muy alejados de su mejor versión, pero no han podido aguantar durante media hora en inferioridad numérica (20-19).
Mundial de 2011, semifinal entre Gales y Francia. Los dragones son favoritos, se adelantan 3-0 en el marcador. En el minuto 17, Warburton realiza un placaje a Clerc y le lanza cabeza abajo contra la hierba. El galés es expulsado, Francia remonta (8-9) y se mete en la final.
Ocho años después, ambas selecciones han protagonizado un guion similar en los cuartos de final del Mundial de Japón. En esta ocasión el papel de villano recae en el kanako Sébastien Vahaamahina. Corría el minuto 9 de la segunda mitad cuando, en un maul, se le ha calentado la sangre y ha soltado su codo de manera indisimulada contra la cabeza de un rival. Roja. De esas que nadie discute.
En ese momento, Francia ganaba por 10-19. En el marcador la distancia no era excesiva, pero sobre el verde los del gallo eran claramente superiores. El propio Vahaamahina había abierto el marcador, y a su rebufo senperetarra Charles Ollivon posaba el 0-12 en un inicio devastador.
Un error francés daba vida a Gales, pero con la amarilla de Moriarty los de azul olían la sangre y Vakatawa ponía el 10-19. Para los dragones, la mejor noticia era el resultado, seguían vivos tras una paupérrima primera mitad.
La segunda arrancaba por los mismos derroteros. Hasta que ell segunda línea de Nueva Caledonia se marchaba expulsado, con la cabeza gacha y pidiendo perdón a sus compañeros. Va a ser el muñeco del pim-pam-pum, y lo sabe. Se le ha ido la cabeza durante un instante pero en un partido de máxima relevancia, y eso va a marcar su biografía deportiva.
La media hora final ha sido un asedio, aunque Gales no andaba sobrado de ideas y Francia ha acariciado la gesta. Pero Moriarty ha cazado un balón que le han arrancado a Ollivon de los brazos y ha firmado el ensayo decisivo. Gales estará en semifinales, pero ha ofrecido una imagen muy pobre. Francia regresa dolida por lo que podía haber sido y ya no será.