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La Justicia aumenta la segunda condena contra Lula por corrupción pasiva

La Justicia brasileña ha ratificado y aumentado hoy de doce a diecisiete años y un mes de prisión una segunda condena dictada en febrero contra el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva por los delitos de corrupción pasiva y blanqueo de capitales.

Lula da Silva, durante el congreso del Partido de los Trabajadores en Sao Paulo. (Nelson ALMEIDA/AFP)

El expresidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva ha recibido hoy un revés judicial que aunque no supone a corto plazo su vuelta a prisión, de la que salió hace casi tres semanas, sí complica su futuro político. Una corte de apelación ha ratificado y aumentado a 17 años y un mes de prisión una segunda condena por corrupción pasiva ya lavado de dinero.

Los tres magistrados de un tribunal de segunda instancia de la ciudad de Porto Alegre han votado por unanimidad a favor de elevar a 17 años y un mes de prisión la pena de Lula frente a los doce años y once meses de cárcel impuestos en primera instancia.

Los miembros de la sala octava del Tribunal Regional Federal de la Cuarta Región han sido unánimes al concluir que ha quedado probado que Lula se benefició de las obras por cerca de un millón de reales (unos 214.000 euros) que las constructoras Odebrecht y OAS hicieron en una casa de campo situada en el estado de Sao Paulo, a cambio de favorecer a las empresas en contratos con la estatal Petrobras.

Antes de plantear sus respectivas consideraciones sobre la condena, los tres jueces han rechazado los peticiones de la defensa de anular la sentencia en base a un reciente fallo de la Corte Suprema.

Según ese dictamen, en un proceso en que un imputado coopera con la Justicia en contra de otro acusado, este presentará su alegato final el último, lo que no ocurrió durante el juicio de Lula en primera instancia en el llamado «caso de Atibaia».

No obstante, el instructor del caso, Joao Pedro Gebran Neto, ha manifestado que en esta causa «en momento alguno se demostró la existencia de cualquier tipo de perjuicio con la inversión del orden» de las declaraciones de los acusados, un argumento que fue respaldado por los otros dos jueces.

Primera condena

Sobre Lula, de 74 años, ya pesa una condena ratificada en tercera instancia, después de que la Justicia diera por probado que recibió un apartamento en una playa en la localidad de Guarujá, en el estado de Sao Paulo, a cambio de favores a la constructora OAS en contratos con la petrolera Petrobras.

Por ese caso, el líder del Partido de los Trabajadores (PT) pasó 580 días en prisión, pero quedó en libertad hace cerca de tres semanas tras verse beneficiado por una decisión de la máxima corte del país, que revisó su propia jurisprudencia y consideró que un condenado no puede comenzar a cumplir la pena hasta que se agoten todos los recursos.

En ese proceso, conocido como el «caso del triplex», el expresidente, quien ya ha cumplido una sexta parte de la pena, todavía tiene una alegación pendiente en el Supremo, mientras que en el «caso de Atibaia» le quedan dos recursos que podrá llevar a cabo en libertad.