El juzgado rechaza tramitar el habeas corpus solicitado por la familia de Junqueras
La familia de Oriol Junqueras ha presentado en los juzgados de Manresa un habeas corpus para reclamar su puesta en libertad tras la decisión de ayer del Supremo de no aplicar la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, pero el juzgado de Manresa ha rechazado tramitar la solicitud.
La esposa y el padre del líder de ERC Oriol Junqueras han presentado una petición de habeas corpus en los juzgados de Manresa para pedir su puesta de libertad inmediata, una petición a la que se ha opuesto la Fiscalía y que ha sido rechazada por el Juzgado de Instrucción número 1 de la citada localidad.
En su auto, la jueza de guardia ha denegado la incoación del procedimiento de habeas corpus al entender que Junqueras no ha sido víctima de una detención ilegal y que su encarcelamiento obedece a una sentencia del Tribunal Supremo.
El escrito, que firman Artur Junqueras y Neus Bramona, reclamaba que el líder de ERC fuera puesto en libertad inmediatamente y compareciera ante un juez de guardia, argumentando que es víctima de una detención arbitraria.
La ofensiva judicial impulsada por los familiares de Junqueras responde a la decisión de ayer del Tribunal Supremo de mantener en prisión al exvicepresidente de la Generalitat y denegarle la inmunidad, tras las sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea que lo reconoció como eurodiputado.
En el escrito presentado, alegaban que la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) establece que el líder de ERC tiene inmunidad parlamentaria y que «su no puesta en libertad es una vulneración flagrante de sus derechos como miembro electo».
El texto también señalaba que el fallo de la justicia europea «garantiza el libre desplazamiento de Junqueras al Parlamento Europeo» y considera que el Tribunal Supremo (TS) no acató la resolución del TJUE, al rechazar el jueves la excarcelación.
Artur Junqueras ha manifestado que el TJUE es una instancia superior al TS y que «no hay duda de que el Estado, cuando se siente amenazado, pone en marcha todos sus recursos, de tal manera que no le importa hacer el ridículo».