Arqueólogos de Iruña-Veleia tildan de «anormal» que los grafitos se hallaran siempre tras el lavado
Dos arqueólogos que trabajaron en la excavación de Iruña-Veleia han asegurado que no vieron nunca los grafitos en el momento de la extracción y han tachado de «anormal» e «inaudito» que estos aparecieran siempre tras el proceso de lavado.
Los arqueólogos Miguel Ángel Berjón y José Ángel Apellániz han declarado como testigos este miércoles en el juicio que se sigue en el Juzgado de lo Penal número 1 de Gasteiz contra el exdirector de ese yacimiento Eliseo Gil por la supuesta falsificación de unos grafitos en restos aparecidos en esa excavación entre 2005 y 2006.
Ambos estuvieron trabajando en este yacimiento entre 2002 y 2007, y tras abandonarlo denunciaron en 2009 «anomalías e irregularidades graves» en el método empleado en esa excavación.
Ambos han coincidido en que nunca vieron en el momento de extracción de los materiales ninguno de los grafitos que cuando fueron presentados en público en junio de 2006 fueron calificados de históricos,.
«Todos aparecían después del proceso de lavado», ha indicado Apellániz, a pesar de que según Berjón es posible detectar este tipo de inscripciones y dibujos a simple vista con la primera limpieza que se suele hacer con la mano o con saliva.
Berjón ha reconocido sin embargo que durante el tiempo en que estuvo trabajando en Iruña-Veleia nunca dudó de la veracidad de esos grafitos, sino que cuestionó el método de trabajo.
«Todo estaba saliendo en el tren de lavado, era anómalo» y no se tenía ni una foto ni una imagen del momento de la extracción, ha añadido Apellániz, quien ha afirmado que ello invalidaba para la ciencia ese material desde el punto de vista arqueológico e incluso estaba poniendo en riesgo su profesión.
La «broma» de Escribano
Ambos han descrito como punto de inflexión la «broma» de uno de los miembros del equipo, Óscar Escribano, quien con un punzón inscribió la palabra ‘Veleia’ sobre una pieza hallada en el yacimiento, hecho por el que ha sido condenado a un año de cárcel tras llegar el lunes a un acuerdo en el arranque de este juicio.
Han indicado que reclamaron la necesidad de cambiar el método de trabajo, de grabar las extracciones del material, y que alertaron a Euskotren, como patrocinador del yacimiento, de que era necesario tener garantías «excepcionales» de la veracidad de los hallazgos antes de presentarlos en público.