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La AfD causa una crisis de liderazgo en el centro y la derecha alemanes

Los presidentes de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) y del Partido Liberaldemócrata (FDP) han convocado hoy a sus cúpulas para recuperar el liderazgo perdido. Ambos se han visto desbordados por las críticas surgidas cuando instalaron con los votos de la xenófoba AfD al liberal Thomas Kemmerich como presidente regional.


Thomas Kemmerich (FDP) está haciendo historia: desde ayer figura como el primer ministro-presidente de un partido tradicional que ha salido elegido con los votos de la Alternativa para Alemania (AfD) de Björn Höcke, un «fascista», según ha sentenciado un tribunal.

24 horas y 30 minutos más tarde, se convirtió en el político más breve en ese cargo cuando anunció una iniciativa de su partido para convocar elecciones anticipadas. Ante la prensa reconoció que «la dimisión es inevitable» pero sin declararla expresamente. Por la tarde, el Parlamento de Turingia informó de que aún no había recibido la dimisión formal de Kemmerich. De todos modos seguirá en funciones hasta que se haya elegido a un sucesor. Y eso puede tardar meses.

Al final, Kemmerich no resistió a la presión recibida desde sus propias filas después de que el miércoles aceptara la elección con la ayuda de la AfD, que le había respaldado solamente para desbancar al tripartito que Bodo Ramelow, del partido socialista Die Linke (La Izquierda), había formado con el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) y los Verdes ecologistas.

Con solo cinco diputados el FDP es un partido irrelevante en Erfurt. Después de una reunión con el líder del FDP, Christian Lindner, Kemmerich dio un paso atrás. Para solicitar la disolución del parlamento, el FDP necesitará un mínimo de 30 votos. Luego, en otra votación, requerirá el apoyo de dos tercios, o sea un mínimo de 60 diputados. Mientras tanto se sigue sin saber cómo querrá gobernar sin socios, programa y ministros.

La farsa puede cobrarse mañana la primera víctima ya que Lindner preguntará a su cúpula si aún confía en él. Ayer surgieron informaciones, según las cuales, el jefe del FDP podría haber consentido que Kemmerich participara intencionadamente en la maniobra de la AfD vulnerando así la línea general del partido. Hoy se sabrá también si el FDP le expulsará de sus filas.

El giro dado por los liberales, aliados del partido español Ciudadanos en el Parlamento Europeo, resulta del rechazo generalizado, promovido también por la presidenta de la CDU, Annegret Kramp-Karrenbauer, popularmente llamada AKK, y otros altos cargos que abogan por un adelanto electoral.

Esta idea no la comparte su jefe regional de Turingia, Mike Mohring, quien no se ha retractado de su cooperación indirecta con la AfD afirmando que sabía lo que hacía. Aseguró que prefiere que Kemmerich solicite una moción de censura para que el Parlamento le sustituya por otro diputado, si fuera necesario, sin ir a las urnas.

Anoche, la CDU de Turingia cerró filas en torno a Mohring. Así, el conflicto con su ejecutiva nacional queda en evidencia. Además cuestiona la autoridad y el liderazgo de AKK, tres semanas antes de las elecciones regionales de Hamburgo.

En este estado-ciudad se prevé otra fuerte pérdida de votos para la CDU, que hasta esta semana podría haber sido el socio minoritario de los Verdes que disputan al SPD el puesto hegemónico en este feudo socialdemócrata. Los ecologistas lucen su vena antifascista, apretando las tuercas a la CDU mientras el SPD ha pasado a segundo plano por su participación en la Gran Coalición.

Según una encuesta de la cadena RTL/n-tv, a tres de cada cuatro alemanes no les gustó que Kemmerich se dejara elegir con los votos de la AfD. El 70% opina que la moral no cuenta en política.

 

«Eso lo habéis conseguido vosotros»

El miércoles «rompieron un tabú en Turingia: un partido fascista eligió con la CDU a Thomas Kemmerich como ministro-presidente», constató ayer la presidenta de Die Linke de Turingia, Susanne Hennig-Wellsow, a través de Twitter.

«Veinticuatro horas más tarde dimite fácticamente. Eso lo habéis conseguido vosotros», felicitó a los innumerables manifestantes que ese día protestaron ante las sedes de los liberales (FDP) y cristianodemócratas (CDU) en toda la geografía alemana. En varias oficinas del FDP se realizaron pintadas antifascistas. Las protestas, sobre todo en Erfurt, continuaron también durante el día de ayer.

La plana mayor de la CDU cerró filas rechazando la maniobra de su comité regional de Turingia con la ultraderecha.

«La AfD no es burgués, ella es la enemiga de nuestro liberalista orden constitucional», aclaró el ministro-presidente de Renania del Norte-Westfalia, Armin Laschet (CDU). I.N.