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El adelanto electoral blinda al consejero Arriola y deja en su mano acudir o no al Parlamento

Pese al desastre en la gestión previa y posterior al derrumbe del vertedero, Iñaki Arriola seguirá como consejero de Medio Ambiente en funciones hasta las elecciones del 5 de abril y puede parapetarse en la disolución del Parlamento para no dar explicaciones. La secuencia del lunes resulta reveladora.

Arriola y la también consejera Beltrán de Heredia, el lunes en Zaldibar. (Jaizki FONTANEDA | FOKU)
Arriola y la también consejera Beltrán de Heredia, el lunes en Zaldibar. (Jaizki FONTANEDA | FOKU)

El consejero de Medio Ambiente, Planificación Territorial y Vivienda de Lakua, Iñaki Arriola, es el gran desaparecido en la crisis del derrumbe de Zaldibar, junto al propio lehendakari Urkullu, que afirma no haber querido «estar por estar».

La falta de protagonismo del titular de esa cartera llama la atención obviamente por su cargo, pero también por su relación con el territorio, dado que es de Eibar y fue alcalde de la localidad durante quince años, desde 1993 hasta 2008.

El lunes se produjo un episodio, revelado en redes sociales por el parlamentario de EH Bildu Mikel Otero, que apunta a que Arriola y Urkullu se han parapetado tras el adelanto electoral para no purgar las responsabilidades del consejero y quizás evitar explicaciones por la gestión anterior y posterior a la catástrofe.

La secuencia es la siguiente: Arriola presentó una solicitud para dar explicaciones sobre la tragedia de Zaldibar a las 12.52 del lunes. Resultó que ese día había comisión parlamentaria de Medio Ambiente, por lo que rápidamente se le ofreció comparecer en ella, algo que Otero constata que Arriola «no esperaba». Añade que el consejero rehusó afirmando que era muy pronto. «Lo que no dijo era que precisamente ese lunes era el único y último día posiblemente para comparecer, porque sabía que a las 16.00 Urkullu iba a convocar elecciones», y en consecuencia el Parlamento sería disuelto.

Diputación Permanente

Es notorio que desgraciadamente el desastre del vertedero seguirá en primer plano informativo al menos hasta que se hallen los cuerpos de los dos trabajadores. Pero ¿dará explicaciones Arriola en el Parlamento? Ocasión para ello seguirá teniendo en la Diputación Permanente que sucede a la disolución de la Cámara.

La petición llegará seguro, porque basta con que dos grupos lo reclamen. Si finalmente se convoca sesión o no, dependerá de la decisión de la Mesa, en la que el Gobierno PNV-PSE tiene mayoría de tres votos frente a dos. O, más bien, dependerá realmente de la voluntad del consejero.

Hay un precedente bien reciente en que el Ejecutivo ha usado su mayoría en la Mesa para sacudirse de encima asuntos peliagudos. Con el Parlamento cerrado en enero, EH Bildu demandó un debate sobre la sentencia del «caso De Miguel» y la adopción de medidas urgentes contra la corrupción, pero los representantes de PNV y PSE lo desestimaron al considerar que se podía esperar. Se da la circunstancia de que el Parlamento ha sido disuelto, ahora por adelanto electoral, sin abordar el asunto en profundidad.

De lo que Arriola se libra –o Urkullu, según la interpretación de cada cual– es de una dimisión. La falta de medidas tras el informe ambiental de noviembre, que reflejaba una degeneración patente en el vertedero, interpela directamente al máximo responsable del Departamento. Pero con el Gobierno en funciones, el dirigente del PSE seguirá en el cargo salvo que decida también voluntariamente dejarlo.

Del Gabinete Urkullu ya cayó un consejero por otro escándalo, el de la OPE de Osakidetza. Jon Darpón dejó la cartera de Sanidad por su gestión del tema. Fue en marzo de 2019 y ha quedado realmente como la única crisis en el equipo del lehendakari en estos cuatro años. La segunda salida se produjo por una cuestión técnica, cuando Alfredo Retortillo dejó el Departamento de Turismo, Comercio y Consumo para concurrir a la Alcaldía de Barakaldo por el PSE.

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