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Urkullu convoca culpando a otros de un clima electoral paralizante

El lehendakari, Iñigo Urkullu, anunció ayer la disolución del Parlamento y la convocatoria de elecciones para el 5 de abril, porque «el clima electoral se ha instalado en Euskadi» y la «dinámica iniciada» en la Cámara impide la aprobación de leyes. Resulta difícil encontrar cambios políticos entre ahora y cuando en diciembre rechazaba el adelanto.


Respaldado por consejeros y consejeras, en un convocatoria de urgencia, el lehendakari, Iñigo Urkullu, anunció que convocando las elecciones para el 5 de abril «ahorramos a la ciudadanía una campaña electoral permanente a lo largo de los ocho próximos meses y la reducimos a solo dos».

El candidato del PNV, el partido que primero anunció la puesta en marcha del proceso interno de nominación de candidatos, se quejaba ayer de que «el clima electoral se ha instalado en Euskadi». Añadió que ha observado que «la dinámica iniciada en el Parlamento Vasco va a hacer muy difícil avanzar en la aprobación de los proyectos y proposiciones de ley en tramitación». A esto sumó después, en el turno de preguntas, la situación de dos importantes ponencias parlamentarias. Según Iñigo Urkullu, «la Ponencia de Autogobierno ha dado por concluidos sus trabajos el día 31 de enero pasado», y la de Memoria y Convivencia también está parada porque «una formación política no da la garantían de avance suficiente».

El lehendakari vino a decir que la oposición lo tiene todo paralizado y que, en definitiva, con este adelanto lo que se hace es «ganar medio año».

El discurso y la realidad

Al lehendakari se le preguntó qué había cambiado en la vida política y parlamentaria vasca desde que el 17 de diciembre afirmó, en la misma sala donde estaba ayer, que todavía quedaba mucho trabajo por hacer y cumplir el programa de gobierno. Urkullu respondió con generalidades sobre la falta de voluntad de la oposición.

Pero lo más llamativo es que desde entonces, el Gobierno de Urkullu ha conseguido aprobar los presupuestos con el apoyo de Elkarrekin Podemos que, el pasado viernes, le ofreció además apoyo para aprobar nuevas leyes. Según el lehendakari, una cosa son las declaraciones y otra el análisis de los proyectos uno a uno.

Para Urkullu, ya no quedaba plazo para aprobar nuevas leyes en la Cámara. Cabe recordar que al final de la pasada legislatura, la ley de Víctimas de la Violencia del Estado, entró en la Cámara el 26 de abril de 2016 y se aprobó, en tres meses, el 28 de julio. En cuanto a culpar a la oposición de las pocas leyes aprobadas, la información de la página siguiente ofrece datos indiscutibles sobre la materia.

Autogobierno seguía activa

Por otra parte, no es cierta la afirmación del lehendakari de que la Ponencia de Autogobierno diera por concluidos sus trabajos el 31 de enero. Nada se ha dicho de eso en público. Y según fuentes parlamentarias consultadas por GARA, en esa última reunión no se fijó ninguna nueva fecha de encuentro, pero se habló de tener citas bilaterales, para ver si era posible avanzar.

Lo que sí va a impedir la disolución del Parlamento es que el lehendakari tenga que seguir ofreciendo explicaciones sobre los contratos con la empresa Montai propiedad de un miembro del PNV, sobre las OPE de Osakidetza y sobre las responsabilidades gubernamentales en que siguiera abierto el vertedero que se derrumbó el pasado jueves enterrando a dos trabajadores, y los posteriores trabajos de búsqueda de ambos hechos entre escombros contaminados.