La aventura armenia de Joaquín Caparrós y su inseparable Luci
Caparrós ha sido contratado para dirigir a la selección de Armenia con el objetivo de lograr la clasificación para el Mundial de 2022. Luci, que ha ejercido de segundo entrenador con el de Utrera en Athletic y Osasuna, le acompañará en la aventura.
A sus 64 años, Joaquín Caparrós ha dejado su trabajo en la cantera del Sevilla para embarcarse en una nueva aventura como seleccionador de Armenia. Su inseparable Luci, que ha ejercido de segundo entrenador en equipos como Athletic y Osasuna, le va a acompañar en el reto de intentar lograr la clasificación para el Mundial de 2022 en Catar.
Caparrós fue diagnosticado de leucemia en abril de 2019, pero continuó ejerciendo como entrenador del Sevilla hasta final de temporada para después trabajar en las categorías inferiores del club. Durante su última etapa en el primer equipo hispalense, Luci se encargó de dirigir al filial.
En declaraciones difundidas por el propio club andaluz explicaba que «el Sevilla es mi casa, pero el banquillo es mi vida. Recibí una propuesta muy interesante por parte de Ginés Meléndez, el director técnico de la Federación de Armenia, y me ha despertado el gusanillo de volver al césped. Ha sido una decisión difícil, muy madurada, tomada desde la pasión hacia mi profesión. Cuando me llego la propuesta se la comuniqué al club y la verdad es que no me han puesto ningún impedimento, sino todo lo contrario, por lo que estoy muy agradecido».
El técnico de Utrera ha tenido que acudir al rescate del Sevilla en varias ocasiones en los últimos años. Regresó en abril de 2018 para sustituir a Montella en el banquillo y logró la clasificación para la Europa League. La temporada pasada también tuvo que ejercer de entrenador en el tramo final en sustitución de Pablo Machín volviendo a meter al equipo en Europa.
Caparrós y Luci han coincidido en los banquillos de equipos vascos como Athletic y Osasuna. En el conjunto rojiblanco estuvieron desde 2007 a 2011 logrando varias clasificaciones europeas y disputar la final de Copa en 2009.
Tras el periplo en Bilbo, vivieron una mala experiencia en el Neuchatel suizo en el que apenas completaron cinco jornadas. Al parecer, tras acabar un partido el dueño del club bajo al vestuario con guardaespaldas armados y Caparrós decidió marcharse.