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Felipe de Borbón se distancia de su padre con una declaración sin efectos reales

El rey español ha querido distanciarse públicamente de su padre al manifestar su renuncia a la herencia del monarca emérito, algo que legalmente no puede hacer mientras este siga con vida. Anunció que el rey emérito pierde su asignación, pero mantiene su estatus jurídico.


Felipe de Borbón anunció el domingo públicamente su decisión de renunciar a la herencia de su padre, Juan Carlos de Borbón, «que personalmente le pudiera corresponder», una medida cosmética ya que carece de efecto mientras este siga vivo. Y avanzó también que el rey emérito deja de percibir la asignación que tiene fijada en los presupuestos de la Casa del Rey, aunque esa decisión no afecta a su condición como miembro de la Familia Real ni al estatus jurídico que tiene desde su abdicación. El monarca español intenta así distanciarse públicamente de su progenitor, salpicado por varios escándalos de corrupción.

Además, en el comunicado que emitió la Casa Real española se señalaba que Felipe VI renunciaba igualmente «a cualquier activo, inversión o estructura financiera cuyo origen, características o finalidad puedan no estar en consonancia con la legalidad o con los criterios de rectitud e integridad que rigen su actividad institucional y privada y que deben informar la actividad de la Corona».

El Palacio de la Zarzuela quiso salir al paso así de las informaciones publicadas por varios medios de comunicación extranjeros respecto a que el monarca español aparece como beneficiario de dos fundaciones llamadas Zagatka y Lucum. En el primer caso, aseguró que desconocía su designación como beneficiario y que en cualquier caso renuncia a ella, y en el segundo, que lo supon en marzo de 2019 y que ya había manifestado ante notario que renunciaba en caso de ser «cierta su designación».

La nota de la Casa Real señalaba también que Juan Carlos de Borbón pidió «que se haga público» que «en ningún momento facilitó información» de ambas fundaciones a su hijo y que designó al abogado Javier Sánchez-Junco Mans para su representación y defensa, y que falta le hará a la vista de los escándalos que le rodean.

Sin embargo, el anuncio no deja de ser una mera declaración de intenciones ya que Felipe de Borbón no podrá renunciar legalmente a la herencia de su padre mientras este siga vivo. El Código Civil lo impide hasta que haya un certificado de defunción y derecho a heredar, y establece que la renuncia debe hacerse –expresamente en documento público (ante notario) o auténtico–siempre tras la muerte de la persona a quien se hereda.

Además, en el comunicado, se daba cuenta de que Felipe de Borbón retiraba a su padre la cantidad que percibía anualmente procedente de los Presupuestos Generales del Estado, cercana a los 200.000 euros anuales. Pero esa decisión no afecta a la condición del monarca emérito como miembro de la Familia Real ni a su consideración como rey ni a sus estatus jurídico de aforado.

Conservó todo ello, junto a la asignación presupuestaria, después de hacer efectiva el 2 de junio pasado su decisión de retirarse de la actividad oficial.

Diez días después

El distanciamiento y declaración pública de intenciones de Felipe de Borbón llegó diez días después de que la Fiscalía Anticorrupción pidiera a Suiza investigar una supuesta donación de 65 millones de euros desde una fundación panameña vinculada al monarca emérito a una cuenta de su amiga Corinna Larsen.

Los fondos de Lucum, que, según un medio suizo, ascenderían a 100 millones de euros, se cree que procederían de comisiones por el AVE a La Meca (Arabia Saudí), y su vinculación con Juan Carlos de Borbón fueron descubiertos en el marco de una investigación de la Fiscalía de Ginebra a presuntos testaferros del rey emérito en cuentas bancarias en ese país –Arturo Fasana y Dante Canónica–.

Los técnicos del Ministerio español de Hacienda (Gestha) pidieron a la Agencia Tributaria (AEAT), que ordene iniciar una investigación tributaria al rey emérito por indicios en la comisión de presuntos delitos.