INFO

Nuevo ataque con cohetes a una base militar extranjera en Irak

Las tropas de la coalición internacional en Irak, liderada por EEUU, suman ya tres ataques contra sus bases en menos de una semana, el último cerca de Bagdad. Washington denuncia lo que considera inacción por parte del Gobierno de Bagdad. La milicia chií sobre la que pesan las sospechas saluda los ataques y exige la retirada de las «tropas de ocupación americanas».

Milicianos chiíes iraquíes en las frontera con Siria. ( AHMAD AL-RUBAYE-AFP)

Al menos dos cohetes han impactado en la madrugada de hoy en la base militar extranjera de Besmaya, 60 kilómetros al sur de la capital, en el tercer ataque de este tipo en una semana.

El complejo alberga tropas de la coalición internacional liderada por EEUU, en concreto a militares y asesores españoles, británicos, canadienses, australianos y portugueses que entrenan al Ejército iraquí en tiro y en manejo de carros de combate.
 
La coalición militar internacional no ha informado de bajas.

Este es el tercer ataque que se produce en una semana contra bases militares extranjeras y que, hasta el momento, no han sido reivindicados por ningún grupo, aunque Washington acusa directamente a la milicia chií iraquí Jata'ib Hizbullah (Brigada de Hizbullah), integrada dentro de la coalición de milicias proiraníes Multitud Popular.

Ayer, el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, llamó al primer ministro iraquí en funciones, Adel Abdelmahdi, y reiteró que es responsabilidad del Gobierno iraquí proteger a las tropas extranjeras.

El Gobierno asegura que sigue sin descubrir a los autores de los ataques, aunque no tarda en hallar las rampas desde las que lanzan los ataques a las bases.

Esta exigencia de EEUU se produjo después de que el pasado 14 de marzo al menos tres miembros de la coalición internacional, además de dos militares iraquíes, resultaran heridos en un ataque con cohetes contra la base de Taji, a unos 30 kilómetros al norte de Bagdad.

Represalias y contraataques

El pasado día 11, dos militares estadounidenses y uno británico perecieron en un ataque con casi una veintena de cohetes contra las mismas instalaciones.

Al día siguiente, Estados Unidos respondió con bombardeos contra lo que identificó como posiciones de Jata'ib Hizbullah, si bien el Gobierno iraquí denunció que las acciones causaron cinco bajas entre sus militares y policías y la muerte de un civil.

Este desenlace muestra el grado de imbricación de las milicias chiíes en el seno de las Fuerzas Armadas iraquíes. No en vano fueron esas milicias la principal fuerza sobre el terreno que venció al Estado Islámico (ISIS) en Irak.

Jata'ib Hizbullah, que no perdió a ninguno de sus milicianos en la represalia estadounidense, respondió saludando –aunque no reivindicó– el ataque mortal contra la base militar y denunciando a las «fuerzas de ocupación americanas».

Estos ataques se producen en medio de una escalada de tensión en Oriente Medio que comenzó a principios de enero tras la muerte del poderoso general iraní Qasem Soleimani en un bombardeo estadounidense en Bagdad.