La guía de Lakua prevé sustituir las bajas de trabajadores afectados por el virus para seguir la actividad

El Departamento de Trabajo y Justicia ha difundido una «guía de actuación para el arranque de actividad de forma segura», en la que deja la responsabilidad de los riesgos de esta decisión a las empresas. No se facilitan test para detectar casos de coronavirus ni mascarillas para impedir contagios que ya prevé que sean sustituidos para mantener la actividad.

El Gobierno de Gasteiz ha sido el que mayor oposición planteó a la decisición del ejecutivo central de parar la actividad laboral no esencial. Ha sido el que más ha presionado para recuperarla y, cuando la próxima semana se va a cumplir su deseo, ha responsabilizado al español del desabastecimiento de test y mascarillas y a los empresarios con una guía que incluye un anexo de OSALAN en el que deja claro que «la empresa es la responsable de la seguridad y la salud de las personas trabajadoras respecto de los riesgos que puedan tener en el trabajo. El servicio de prevención debe apoyar técnicamente a la empresa para evaluarlos y poner en marcha las medidas necesarias para eliminarlos, reducirlos o controlarlos».



La coordinación operativa de esta Guía la asume la Viceconsejería de Trabajo y Seguridad Social del Departamento de Trabajo y Justicia del Gobierno de Lakua, con la consejera del PSE, María Jesús San José. Lo más llamativo es que la guía difundida por el Gobierno de Gasteiz, con la aportación de OSALAN, contempla que los trabajadores puedan verse infectados y, ante esta posibilidad, apuesta por la continuidad de la actividad. 



Así indica que «se establecerán las medidas organizativas necesarias ante posibles bajas del personal como consecuencia de la pandemia. Se identificarán los recursos humanos disponibles y se estimará una cadena de sustituciones para los puestos esenciales en la continuidad de las tareas».

Además se indica que «se deberá formar e informar a la empresa y a las personas trabajadoras de las medidas preventivas y sus actualizaciones y de la necesidad de que las personas que enfermen o que se conviertan en contactos estrechos no acudan al centro de trabajo».



La guía trasmite que «el próximo y paulatino reinicio de la actividad laboral aconseja que desde la Administración pública se procuren las medidas necesarias que permitan un retorno ordenado y seguro a dicha actividad. A tal efecto, se considera de especial valor contar con la colaboración, implicación y compromiso de todas las partes implicadas: agentes sociales, empresas, servicios de prevención, organismos y servicios administrativos, tales como OSALAN, la Autoridad Laboral o la Inspección de Trabajo y Seguridad Social».



Responsabilidad de las empresas

Eso es en la teoría, en la práctica viene a descargar la responsabilidad en las empresas. OSALAN les trasmite una serie de recomendaciones y deberán comunicar a los representantes de los sindicatos o a los trabajadores con una antelación mínima de 48 horas su intención de reabrir un centro de trabajo.



Las empresas «deberán elaborar, o en su caso implementar, el plan de medidas preventivas, en colaboración con el Servicio de Prevención, dirigido a garantizar las debidas condiciones de seguridad y salud en los centros de trabajo y la adecuada, necesaria y suficiente protección de la salud de su plantilla frente al Covid-19».

Esa guía de arranque de la actividad debe ser sometida a la consulta y acuerdo de los comités de Seguridad y Salud laborales, con la participación de los delegados de prevención. Las empresas colaborarán y contarán con el asesoramiento necesario por parte de OSALAN para garantizar la salud de los trabajadores y deberán informar también a sus empresas asociadas.



El anexo de OSALAN incluye el desarrollo del Plan de Contingencia «adaptado a las características de cada centro de trabajo dirigido a la prevención y a la respuesta ante la eventual aparición de casos o contactos estrechos de COVID-19».



En este plan de trabajo debe incluirse al menos «una descripción de los lugares de trabajo y descanso de la empresa, una descripción detallada de los puestos y procesos de trabajo y se contemplarán las particularidades de los trabajadores que realicen actividades fuera del centro. El modo en que podrán realizarse los desplazamientos hasta el lugar de trabajo, la presencia de subcontratas u otras empresas en el lugar de trabajo y su adecuación dentro de la coordinación de actividades».



También deberá informar «si la actividad de la empresa incluye el trato con clientes, usuarios u otras personas ajenas a la organización o el teletrabajo siempre que se sea posible. Sobre esta base, se definirán una serie de medidas organizativas, colectivas e individuales que se recogerán en el Plan de contingencia». 



OSALAN pide establecer «las medidas organizativas necesarias para garantizar la continuidad de la actividad, como flexibilización de horarios, reducción de número de trabajadores presentes al mismo tiempo en los lugares de trabajo, eliminación de reuniones o viajes no esenciales».



Entre las recomendaciones pide mantener una distancia de al menos dos metros tanto entre los trabajadores como con los clientes y para ello pide analizar la «distribución y organización espacial» para garantizar la distancia de seguridad.



Además indica que «se valorará la necesidad de equipos de protección individual en las tareas
 o procesos que se determinen por el servicio de prevención. El uso de locales como comedores o vestuarios cumplirá con las medidas de distancia, estableciendo planes de escalonamiento. Se asegurará que las y los trabajadores tengan fácil acceso a agua y jabón, así como papel desechable para secado y papeleras. En los lugares en los que esto no sea posible, geles hidroalcohólicos».



Se pide a las empresas que «en los espacios en los que exista atención al público, además de las recomendaciones anteriores, asegurar la existencia de pañuelos de papel desechables y de papeleras recubiertas con bolsa de basura. Se mantendrá la adecuada limpieza para instalaciones, superficies y equipos de trabajo».