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Jair Bolsonaro destituye a su ministro de Salud tras denostarlo durante semanas

Después de criticar durante semanas a su ministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta, y las medidas para contener la pandemia del Covid-19, el presidente de Brasil ha cesado finalmente al responsable de la sanidad en el país, donde el virus se encuentra en plena expansión.

El cesado ministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta, aplica gel al presidente brasileño, Jair Bolsonaro, en una rueda de prensa. (Sergio LIMA/AFP)

El diputado Luiz Henrique Mandetta ha anunciado este jueves que ha sido destituido del cargo de ministro de Salud de Brasil por el presidente Jair Bolsonaro, a quien intentó convencer sin éxito de la gravedad de la pandemia de Covid-19.

«Acabo de oír del presidente Jair Bolsonaro el aviso de mi dimisión del Ministerio de Salud. Quiero agradecer la oportunidad que me fue dada», ha escrito Mandetta en Twitter poco después de una reunión con el mandatario.

La destitución de Mandetta, un firme promotor de las cuarentenas adoptadas por muchos gobiernos regionales para impedir el avance del coronavirus, sigue a un agravamiento de su relación con Bolsonaro, quien ha minimizado los efectos de la pandemia y sostenido que el país «no puede parar», pues el «pueblo precisa trabajar»

La salida de Mandetta –que Bolsonaron ha calificado como «un divorcio consensuado»– ha sido decidida en momentos considerados críticos y con la pandemia de coronavirus en plena expansión en el país, donde hasta ahora se han registrado más de 1.700 fallecidos y y cerca de 30.000 casos y se espera que el pico se alcance en cuestión de unos treinta días.

Popularidad creciente

Mandetta, médico de 55 años, ha ganado una enorme popularidad gracias a la firmeza de sus posiciones frente al coronavirus, cuya gravedad no escondió de los brasileños pese a la crítica constante de Bolsonaro, quien en los últimos días ya ni siquiera le recibía.

En un sondeo difundido la semana pasada por la firma Datafolha, la gestión de la crisis del coronavirus hecha por Mandetta tenía la aprobación del 76% de los brasileños.

Por el contrario, apenas un 33% de las personas encuestadas dijo apoyar las posiciones de Bolsonaro frente a la crisis.

El presidente brasileño ha elevado su enfrentamiento con Mandetta, sobre quien llegó a decir en forma pública que el cargo se le había «subido a la cabeza» y que, como ministro de su Gobierno, debía ser «más humilde» y «escuchar más lo que dice el presidente».

También afirmó, en clara referencia a Mandetta, que algunos de sus ministros se habían convertido en «estrellas» y que «hablaban hasta por los codos».

El ministro se resistió a dimitir

Pese a estas presiones desde el propio presidente, Mandetta ha insistido en los últimos días en que no tenía previsto renunciar.

«Un médico nunca abandona a un paciente», declaró el pasado fin de semana, aunque subrayó, como en otras ocasiones, que el cargo de un ministro «le pertenece al Presidente», que es quien decide sobre la continuidad o no de sus colaboradores.

El miércoles rechazó la dimisión de su secretario nacional de Vigilancia, Wanderson Oliveira, también opuesto a la política de Bolsonaro, lo que anticipaba ya la salida del ministro, quien afirmó que «se irían juntos».

Finalmente, Bolsonaro ha decidido cesarlo y ha nombrado como nuevo ministro de Salud al oncólogo Nelson Teich, partidario a priori de medidas de confinamiento similares a las defendidas por Mandetta.

Sin embargo, el presidente, acompañado por Teich, ha asegurado que ha hablado con el nuevo ministro de que «gradualmente tenemos que abrir el país» y poner fin a las cuarentenas adoptadas por la mayoría de los gobernadores y alcaldes, dentro de sus atribuciones constitucionales.

Bolsonaro ha rechado las medidas de confinamiento y la paralización de la actividad impuesta en algunos estados brasileños, ha roto el mismo las medias de aislamiento social concentrando a seguidores en actos oficiales y califica al covid-19 como un «resfriadito».