Confirman la muerte de un preso en el hospital de Santiago, en Gasteiz, tras un grave incidente
Salhaketa-Araba ha informado de la muerte de un preso en el hospital gasteiztarra de Santiago, al parecer de un infarto, después de mantener «un altercado con el personal sanitario» y de que la Ertzaintza interviniese «con contundencia», información que han confirmado posteriormente fuentes penitenciarias.
Con el objetivo de «recabar información» sobre el suceso, Salhaketa ha informado de que un preso ha fallecido en el hospital de Santiago, a donde habría sido trasladado para ser operado, dado que dicha persona estaba «en espera de ser excarcelada por enfermedad grave e incurable», de la que se derivaban «diversas patologías físicas y mentales».
Al parecer, y dejando claro que se trata de una información «que no hemos podido contrastar», el citado organismo ha revelado que podría haber sufrido un infarto en el momento «o con posterioridad» a una «contundente» intervención de la Ertzaintza, después de que dicho paciente mantuviese «un altercado con el personal sanitario».
El fallecido tenía programada una intervención al día siguiente y también estaba «en espera de ser acogido en algún centro especializado, al no tener familia».
Salhaketa ha hecho público este suceso con el objetivo de «contratar esta información y conocer la identidad del preso», además de realizar un informe «para recabar información», dado que «no se nos facilita de un modo oficial, ni desde instancias sanitarias, ni penitenciarias, a las que nos hemos dirigido para tratar de esclarecer este grave suceso», denuncia.
Más tarde, fuentes penitenciaerias han señalado a Efe que el hombre amenazó a una enfermera a la que puso unas pinzas quirúrgicas en el cuello y, ante este ataque, los agentes de la Ertzaintza que lo custodiaban intervinieron para evitar la agresión y rescatar a la enfermera.
Las mismas fuentes han confirmado que el recluso sufrió una parada cardiorrespiratoria y días después falleció.
Asimismo, han confirmado que era de nacionalidad rusa y que, dado su grave estado de salud, se le concedió la libertad condicional y se le buscó un recurso donde alojarle, dado que no tenía a dónde ir ni familia que se hiciese cargo de él.
Sin embargo, al producirse la pandemia de coronavirus, la asociación de Ciudad Real a la que iba a ser trasladado dijo que en las actuales circunstancias de confinamiento no podía admitir a nadie, por lo que tuvo que quedarse en la cárcel alavesa.