El Gobierno francés no quiere que la muerte del joven Traoré estalle como en Estados Unidos
El Gobierno francés ha llamado este miércoles a la calma para frenar la tensión que ha resurgido en el país tras la multitudinaria manifestación de ayer, que acabó en disturbios, por la muerte de un joven negro Adama Traoré hace cuatro años en la gendarmería de Persan al ser detenido por la Policía.
«No hay violencia de Estado instituida en nuestro país. Hay una investigación judicial en marcha. Confiamos en la justicia para que presente todas las aclaraciones y si es necesario haya un juicio», ha declarado la portavoz gubernamental, Sibeth Ndiaye, al término del Consejo de Ministros.
Una marcha denunció en París que la violencia policial que mató a Floyd también mató a Traoré. La protesta de este martes frente al Tribunal de París se convocó tras conocerse un informe forense que atribuye la muerte del joven Adama Traoré hace cuatro años en la gendarmería de Persan, al norte de la capital, a la brutalidad durante su detención.
Tras una persecución con la Policía, el joven, de 24 años, fue detenido y reducido en el suelo con una técnica policial que, según la familia, le causó la muerte horas después, una hipótesis que choca con los peritajes realizados por la justicia, que apuntan a causas naturales.
«Su muerte fue un drama que suscitó una emoción legítima que años más tarde todavía está presente», ha admitido la portavoz del Ejecutivo, quien ha recordado que la protesta de ayer no estaba autorizada porque las grandes agrupaciones de gente pueden ser vector de transmisión del coronavirus.
La manifestación reunió a más de 20.000 personas, según la Policía, y aunque se desarrolló sin incidentes al principio acabó siendo dispersada con gases lacrimógenos y cargas policiales después de que algunos participantes lanzaran proyectiles y degradaran mobiliario urbano.
La portavoz gubernamental ha pedido no comparar la situación con las protestas surgidas en Estados Unidos en los últimos días después de que el afroamericano George Floyd muriera por asfixia debido a la presión que ejercía sobre su cuello la rodilla de un policía blanco.
«La situación de los dos países no es comparable ni por su historia ni por la organización de la sociedad. Insto a tratar este tema con mucha prudencia», ha concluido Ndiaye.