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La inacabada guerra de Corea comenzó hoy hace 70 años

El 25 de junio de 1950 las tropas norcoreanas entraron en Corea del Sur, en lo que sería el inicio de una guerra inacabada a día de hoy. Siete décadas después, los dos países vecinos encaran el aniversario de este conflicto en plena escalada de la tensión, lo que les aleja del acercamiento de 2018 que llevó a pensar en un hipotético tratado de paz.

Museo de la guerra en Seúl. (Ed JONES-AFP)

La división de la península de Corea se remonta a 1945 cuando, tras doblegar a Japón, EEUU extiende su influencia por el sur de Corea, ocupada hasta entonces por el Ejército nipón.

Stalin responde enviando tras cruzar Siberia a decenas de miles de soldados liberados del frente de Berlín, que penetran por el norte de la península.

Las dos potencias vencedoras tras la II Guerra Mundial utilizan el paralelo 38 para repartirse territorio e influencia.

En 1948, se crea en el norte la República Democrática de Corea, liderada por Kim Il Sung, dirigente de la resistencia antijaponesa que se refugió en la URSS; y en el sur la República de Corea, liderada por Syngman Rhee, quien cursó sus estudios en  Harvard y Princeton.

Ambos se reivindican como el gobierno legítimo de la península coreana. Pero el inestable equilibrio geopolítico instaurado por Moscú y Washington saltará por los aires cinco años después.

Corea del Norte cruza el paralelo 38 y sus tropas, más de 200.000 hombres, cientos de carros de combate, aviones de caza y navíos de guerra –con el apoyo de Moscú– tardan tres días en entrar en Seul.

Los historiadores han encontrado en los archivos soviéticos múltiples documentos con la petición por parte de Kim Il Sung de permiso a Stalin para invadir el sur y que detallan los preparativos de la operación. Corea del Norte insiste en que respondió a un ataque de Seúl.

Contraofensiva de EEUU

El Consejo de Seguridad de la ONU, con la ausencia de Moscú por la presencia de Taiwán en representación de China, accede a la creación de una fuerza multinacional liderada por EEUU.

Dirigida por el general MacArthur, sale en auxilio de un Ejército surcoreano con 102.000 efectivos y tan maltrecho que no cuenta con un solo blindado.

El Ejército estadounidense frena a las tropas norcoreanas, que habían llegado al extremo sur de la península, a la altura del río Nakdong.

La contraofensiva llega hasta el río Yalou, en la frontera china, lo que suscita la intervención masiva de Pekín, que envía a miles de «voluntarios» para combatir al lado del norte.

Las ofensivas y contraofensivas se suceden. A lo largo del conflicto, Seúl cambiará cuatro veces de manos.

El frente se estabiliza en junio de 1951 no lejos del paralelo 38, donde ambos bandos pactarán un armisticio. Tras dos años y 158 reuniones para negociar, el 27 de julio de 1953 se llega a la firma de un alto el fuego.

Lo rubrican Corea del Norte y los «voluntarios chinos», de un lado, y el comando estadounidense de Naciones Unidas, de otro.

El Sur de Syngman Rhee rechaza firmar el texto e insiste en anexionarse el Norte.

Es difícil hacer un balance de muertos y víctimas del conflicto. Se estiman en más de 3 millones los muertos, la mayoría civiles. El Ministerio surcoreano de Defensa cifra en 520.000 las bajas militares mortales norcoreanas, frente a 137.000 propias.

El museo de guerra de Pyongyang cifra en 1,5 millones los «enemigos muertos o capturados». China reconoce 180.000 «voluntarios muertos», hasta 400.000 según estimaciones occidentales.

La prensa norcoreana aseguraba en sus editoriales de ayer que el Ejército de EEUU, que reconoció más de 37.000 bajas mortales en la contienda, redujo a cenizas todo el país.

Armisticio versus paz

El armisticio, que no tratado de paz, instaura un mecanismo para el intercambio de prisioneros y la creación de una zona desmilitarizada (DMZ) de 4 kilómetros de perímetro por 241 kilómetros de largo.

La comisión encargada de velar por el respeto del acuerdo se reúne regularmente en la localidad fronteriza de Panmunjom.

El acuerdo prevé organizar en un plazo de tres meses una conferencia para negociar la retirada de la península coreana de todas las fuerzas extranjeras y un arreglo pacífico. China advierte de que todo tratado de paz que no tenga su aprobación será papel mojado.

Esta conferencia no se reunirá jamás. La inercia de la Guerra Fría y la permanencia de las tensiones entre Pyongyang, de un lado, y Seúl y Washington, por otro, por el programa nuclear norcoreano y las sanciones y el temor a una anexión del Norte auspiciada por Occidente, han postergado «sine die» la firma de un tratado de paz.

«La disputa entre EEUU y la URSS, y ahora entre EEUU y China ha hecho que la estructura de le Guerra Fría se anquilose», afirma el profesor Park Won Gon, experto en relaciones internacionales de la Universidad Global de Handong.

La trascendencia internacional del conflicto, «junto a la desconfianza mutua, las discrepancias internas (entre los distintos partido de Corea del Sur) y las no menos frecuentes provocaciones de Pyongyang» están detrás de que, 70 años después, «la paz esté aún lejos», deplora.