INFO

Detenido un alto mando de la Policía chilena acusado de disparar a un joven que quedó ciego

La Fiscalía chilena ha informado este viernes de la detención de un alto mando del cuerpo de Carabineros, acusado de haber efectuado los disparos de balines de goma que causaron la ceguera del joven Gustavo Gatica durante un operativo en el marco del estallido social que comenzó en el país en octubre de 2019.

Carabineros detienen a un hombre durante una marcha mapuche. (Mario QUILODRAN/AFP)

En concreto, la Brigada de Derechos Humanos de la Policía de Investigaciones (PDI), por orden de la Fiscalía Centro Norte, ha detenido al alto mando del cuerpo policial de Carabineros identificado con el código ‘G-3’, que se corresponde con el teniente coronel Claudio Crespo, de las Fuerzas Especiales de ese estamento.

El llamado ‘G-3’ había desvinculado de Carabineros a finales de julio pasado, tras una investigación interna que estableció un actuar irregular en la descarga de imágenes de la cámara de vídeo GoPro que portaba el día que el joven fue herido.

La investigación del Ministerio Público ha ido más allá y le acusa de ser el autor material de las lesiones que provocaron la ceguera de Gatica.

«A raíz de las pruebas y de un minucioso trabajo del laboratorio de criminalística, se determinó la responsabilidad de este teniente coronel en los delitos de apremios ilegítimos y lesiones graves y gravísimas en contra del joven», ha explicado a la prensa el prefecto Juan Carlos Carrasco, jefe nacional de la Brigada de Derechos Humanos de la PDI.

Carrasco ha explicado que se han desarrollado «pericias jamás vistas en Chile», desde lo que se refiere a las pruebas balísticas como al examen de los vídeos aportados por los ciudadanos.

«Se hizo trabajo profesional, criminalístico, en el sitio del suceso donde comienza esto el 8 de noviembre, tras el estallido social. Se tuvieron que hacer pericias jamás vistas, pericias balísticas, las cuales lograron determinar, en conjunto a otro cúmulo de evidencia, (la participación)», ha detallado el mando de la PDI.

El detenido será formalizado este viernes por la Fiscalía de Alta Complejidad, donde se le comunicará al imputado la apertura de una investigación en su contra.

El subsecretario del Interior, Juan Francisco Galli, ha valorado este viernes el avance en la investigación de este caso y ha recalcado que tanto el Gobierno como el cuerpo de Carabineros pondrán a disposición de la Fiscalía, «toda la información que sea requerida para esclarecer estos hechos».

«No reconoce responsabilidad»

Por otro lado, la defensa del acusado ha afirmado que su defendido «no reconoce responsabilidad» en los hechos que se le imputan.

«En Chile no existe esa tecnología para establecer la posición de un tirador en un evento de orden público», ha subrayado Jorge Martínez, el abogado del acusado.

«Y él en ese momento no se encontraba en el lugar. Estaba en la iglesia en Asunción en un procedimiento porque existían saqueos», ha agregado.

El abogado ha indicado que el acusado «tiene mecanismos de defensa que son muy claros para un carabinero en acto de servicio haciendo uso legítimo de la fuerza».

«Todos los funcionarios de Carabineros que operaron el 8 de noviembre efectuaron múltiples disparos, pero lo hicieron con un propósito propio, no lo hicieron con el propósito de lesionar, sino que de defensa de su persona y de la seguridad», ha señalado.

Un caso con eco mundial

El joven, de 21 años y estudiante de Psicología, fue gravemente herido en los alrededores de Plaza Italia, la rotonda de Santiago convertida en el epicentro de las protestas sociales, y tras pasar 17 días ingresado se convirtió en el primer manifestante en quedarse ciego.

Su caso dio la vuelta al mundo y provocó encendidas críticas de diversos organismos internacionales, entre ellos la ONU y Amnistía Internacional, que denunciaron el elevado número de mutilados oculares durante la dispersión de las protestas y acusaron a las fuerzas de seguridad de graves violaciones a los derechos humanos.

Según el independiente Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), 460 personas resultaron con lesiones oculares, de las que dos se quedaron ciegas y 35 sufrieron pérdida total de un ojo.