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El vicepresidente de Afganistán sobrevive a un atentado con un coche bomba en Kabul

El primer vicepresidente de Afganistán, Amrulá Saleh, ha sufrido un ataque con un coche bomba este miércoles en Kabul. Mientras que Saleh tiene heridas leves en la cara y en las manos, el atentado ha causado al menos diez víctimas mortales y doce personas heridas. De momento el atentado no ha sido reivindicado por ningún grupo.

Los bomberos retiran restos de vehículos tras el atentado de Kabul. (AFP)

El primer vicepresidente de Afganistán, Amrulá Saleh, ha sobrevivido este miércoles a la explosión de un coche bomba al paso del convoy de vehículos en el que viajaba por Kabul y que ha dejado al menos diez víctimas mortales y doce heridos, según ha informado la cadena de televisión afgana Tolo, citando al Ministerio del Interior afgano. La agencia de noticias Pajhwok ha elevado el balance a once fallecidos y quince heridos.

La oficina de Saleh ha confirmado el ataque y ha comunicado que tres miembros de su equipo están heridos. Por su parte, el hijo del vicepresidente, Ebad Saleh, ha señalado que se encontraba con su padre en el momento del ataque y que el vicepresidente «está bien y todo el mundo está bien». «No hay mártires de los nuestros todavía», ha indicado en su cuenta de la red social Twitter.

Minutos después del ataque, el vicepresidente de Afganistán ha difundido un vídeo en el que ha contado que ha sufrido heridas leves en la cara y en una mano y ha pedido perdón por el daño que han sufrido los civiles alcanzados por la explosión del coche bomba al paso de su convoy.

Un colaborador de Saleh, Humayun Ahmadi, ha contado que varios civiles que se encontraban en la zona han muerto o han resultado heridos, ha informado la agencia de noticias DPA. Hasta el lugar se han desplazado las fuerzas de seguridad afganas y los Bomberos.

El portavoz de los talibanes, Zabihulá Muyahid, ha negado tener «alguna relación» con lo sucedido mediante un comunicado difundido a través de su cuenta de Twitter. Ningún grupo ha reivindicado el ataque por el momento.

Condena y voluntad de paz

La Presidencia de Afganistán ha condenado el ataque contra el vicepresidente Saleh y ha subrayado que los atentados no debilitarán la «fuerte voluntad del pueblo afgano» por conseguir la paz. Además, ha asegurado que las fuerzas de seguridad seguirán combatiendo contra «el terrorismo».

El presidente del Alto Consejo para la Reconciliación Nacional, Abdulá Abdulá, también ha condenado el atentado y ha pedido una investigación a fondo para aclarar lo sucedido. «El ataque contra el primer vicepresidente ha tenido lugar en vísperas de las conversaciones de paz, cuando nuestro mensaje y el del pueblo es la paz. Los enemigos ocultos no quieren la paz y la estabilidad para Afganistán», ha afirmado.

El ataque ha sido condenado por los representantes de la Unión Europea y de la OTAN en Kabul. El representante de la UE, Roland Kobia, se ha preguntado cómo puede el país «avanzar hacia la paz» si se siguen registrando atentados contra el líderes políticos, parlamentarios, activistas y líderes religiosos. «Veo pocas señales de paz», ha afirmado.

El representante civil de la Alianza Atlántica en Afganistán, Stefano Pontecorvo, ha mostrado su rechazo al ataque y ha denunciado que «los enemigos de la paz» siguen ignorando «la voluntad del pueblo afgano por el fin de la violencia y el comienzo de las negociaciones entre afganos».

El atentado de este miércoles en Kabul llega en un momento en el que Afganistán se prepara para el inicio de las conversaciones de paz entre líderes afganos en Doha, la capital de Qatar. Los talibanes denunciaron el martes que el Gobierno afgano no ha completado la liberación de detenidos contemplada en el acuerdo de paz de Doha, firmado el 29 de febrero entre Estados Unidos y el movimiento integrista fundado por el mulá Mohamed Omar, con lo que el inicio de las conversaciones podría seguir retrasándose.

El canje de 5.000 presos talibanes a cambio de la entrega de 1.000 capturados por los milicianos está contemplado en el acuerdo de paz de Doha como paso previo al inicio de las conversaciones de paz entre líderes afganos.