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Muere la jueza del Tribunal Supremo estadounidense Ruth Bader Ginsburg

La jueza del Tribunal Supremo estadounidense Rutg Bader Ginsburg ha fallecido a los 87 años. Esta muerte abre una pugna política sobre su designación a escasos meses de las elecciones presidenciales de noviembre.

Retrato de la fallecida jueza Ruth Bade Ginsburg en un escaparate de Nueva York. (Jeena MOON/AFP)

La jueza del Tribunal Supremo de Estados Unidos Ruth Bader Ginsburg ha muerto este viernes a los 87 años debido a las complicaciones derivadas del cáncer de páncreas que padecía, según ha anunciado la propia corte.

En un comunicado, el Tribunal Supremo ha explicado que Ginsburg ha fallecido en Washington «rodeada de su familia» y se celebrará un entierro privado en el Cementerio Nacional de Arlington, aunque no ha especificado la fecha concreta.

El presidente del Tribunal Supremo, John Roberts, ha lamentado la pérdida de Ginsburg, a la que ha calificado como «una jurista de talla histórica» y de «querida colega». «Hoy lloramos, pero con la confianza de que las generaciones futuras recordarán a Ruth Bader Ginsburg como la conocimos: una incansable y resuelta campeona de la Justicia», ha agregado.

Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha conocido la muerte de Ginsburg gracias a los periodistas, según ha informado la cadena de televisión CNN. «Era una mujer increíble, estés de acuerdo o no, era una mujer increíble que llevó una vida », ha valorado.

En un comunicado posterior, el mandatario estadounidense ha elogiado a la jueza y ha afirmado que el país «llora la pérdida de una titán de la ley».

Ginsburg fue nombrada jueza del Supremo por el expresidente Bill Clinton en 1993. Fue la segunda mujer designada para el Tribunal Supremo y desempeñó allí su labor durante más de 27 años. Durante los últimos años de su carrera, emitió votos progresistas sobre temas sociales polémicos en Estados Unidos, como el derecho al aborto, el matrimonio homosexual, el derecho al voto, la inmigración o la atención médica.

Abre una lucha política

La muerte de la jueza, a menos de siete semanas de las elecciones de Estados Unidos, ha abierto una lucha política sobre el futuro del Tribunal Supremo estadounidense. La corte se compone de un presidente y ocho jueces asociados, que son nombrados por el presidente del país y confirmados en el Senado. Sirven de por vida y sólo pueden ser destituidos por el Congreso mediante un proceso de destitución o 'impeachment'.

El líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, ya ha confirmado que la Cámara Alta apoyará al candidato de Trump para el Supremo.

«Los estadounidenses reeligieron nuestra mayoría en 2016 y la incrementaron en 2018 porque prometimos trabajar con el presidente Trump y apoyar su agenda, particularmente sus sobresalientes nombramientos para la Justicia», ha explicado en un comunicado en el que ha lamentado la muerte de Ginsgurg.

«Una vez más, mantendremos nuestra promesa. El nominado del presidente Trump recibirá nuestro voto en el Senado de Estados Unidos», ha remachado.

Sin embargo, es posible que no haya tiempo suficiente para confirmar a un nominado antes del 3 de noviembre, fecha en la que están previstas las elecciones, dado que estas nominaciones suelen tardar entre dos y tres meses en procesarse, informa la CNN.

Además, los republicanos podrían perder el control del Senado y la Casa Blanca después de las elecciones y ocurrir que haya suficientes senadores republicanos que voten del lado demócrata y se opongan al candidato de un presidente que acaba de perder las elecciones. Se necesitan 51 votos para confirmar un nuevo juez y, actualmente, hay 53 senadores republicanos.

Biden, por retrasar la elección

En este contexto, el candidato demócrata a la Casa Blanca, Joe Biden, ha considerado que debe elegir al sustituto de Ginsburg el que gane los comicios de noviembre.

«Dejadme ser claro: los votantes tienen que elegir a un presidente y ese presidente tiene que elegir a un sucesor para la jueza Ginsburg», ha argumentado en Twitter.

Por su parte, la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, la demócrata Nancy Pelosi, ha asegurado que, para «honrar la carrera pionera» de Ginsburg y «salvaguardar su poderoso legado», es necesario asegurar que el próximo juez designado para el Tribunal Supremo «mantenga su compromiso con la igualdad, las oportunidades y la justicia para todos».