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El acusado del crimen de El Infierno fue grabado con un bidón de gasolina la noche de los hechos

Según la investigación de la Ertzaintza, el acusado del crimen de El Infierno de Donostia fue grabado la noche de los hechos con un bidón de gasolina horas antes de los hechos. Además, una llamada a su teléfono móvil permitió situar al procesado en las inmediaciones del edificio quemado la misma noche.

Imagen del edificio incendiado en la zona de El Infierno la mañana posterior a los hechos. (Andoni CANELLADA/FOKU)

Las cámaras de seguridad de un supermercado grabaron al acusado del crimen de ELInfierno con un bidón de gasolina en la mano a solo unos 400 metros del edificio quemado, pocas horas antes del incendio que acabó con la vida de una persona y causó heridas graves a otras dos en Donostia.

La señal de los repetidores de telefonía de la zona ubica asimismo al procesado junto al inmueble siniestrado, en la zona conocida como El Infierno, algo más de una hora antes de que se iniciara el fuego, según ha declarado el jefe del grupo de investigación de la Ertzaintza que investigó los hechos, quien ha comparecido hoy en la tercera sesión del juicio con jurado que se sigue por este crimen en la Sección Primera de la Audiencia de Gipuzkoa desde el pasado jueves. Durante la sesión del viernes, el acusado reconoció ser el autor del incendio.

La declaración del ertzaina que dirigió las pesquisas del caso ha centrado el interés de la sesión del juicio celebrada hoy, durante la que este agente ha desvelado paso por paso el minucioso trabajo policial que concluyó con la captura del sospechoso, gracias a las cámaras de seguridad de distintos organismos e instituciones y la localización del móvil del encausado a través de la señal de varios repetidores.

Este agente ha explicado cómo inicialmente el equipo de investigación propuso cuatro hipótesis sobre las causas del incendio, si bien pronto descartó las tres primeras, que apuntaban a un origen accidental, para centrarse en la tesis de que había sido provocado.

A partir de ahí, los policías tomaron declaración a varios testigos y tuvieron conocimiento de que el acusado sentía «animadversión» por su expareja y el hombre con el que habría iniciado una nueva relación, a los que habría enviado varios mensajes amenazantes.

Los agentes supieron también que el día anterior al incendio, el 28 de febrero, el inculpado había comparecido en un juicio por un asunto de violencia machista hacia su excompañera, por lo que hicieron una reconstrucción minuciosa de sus movimientos desde aquel día.

Primero a partir de las cámaras de seguridad del autobús en el que se desplazó desde Bergara a Donostia para acudir a la vista y, posteriormente, por medio de las imágenes registradas a la entrada y salida del Palacio de Justicia, que se han podido ver en su totalidad durante el juicio.

Tras unas horas en las que se le perdió el rastro, las cámaras de una estación de servicio donostiarra volvieron a aportar datos al caso, ya que registraron a un conocido del acusado comprando gasolina en una garrafa a petición del procesado, quien se lo había pedido como un favor.

Un poco después, el procesado fue captado nuevamente, ya con la garrafa de gasolina, en la estación de tren de Lugaritz, en Ibaeta, muy cerca del lugar de los hechos, y volvió a ser registrado nuevamente a la altura de las oficinas de la Hacienda foral, en Errotaburu, tras lo que, sobre las 21.30, fue grabado por última vez comprando cerveza en un supermercado próximo.

El investigador ha concretado que, ya sobre las 4.00, una llamada a su teléfono móvil permitió situarlo «junto al edificio» quemado, y poco más de una hora después se declaró el fuego pasadas las 5.00.

Nuevas imágenes han permitido ver de nuevo al inculpado, a las 6.00, otra vez en la estación de Lugaritz, con la intención de desplazarse hasta Eibar para tomar luego un autobús a Bergara, si bien se equivocó de tren en dos ocasiones.

Todo este periplo volvió a quedar registrado, esta vez con la cara cubierta con una capucha pero sin bidón, hasta que, ya en Aia, se retiró esta prenda, y con la particularidad de que en algunas imágenes se puede apreciar que portaba un mechero con el que enciende un cigarro.

Estos desplazamientos quedaron registrados además en la tarjeta de transporte Mugi del inculpado, que le fue intervenida junto a su teléfono móvil al ser detenido, ha precisado el ertzaina, quien ha revelado también la importancia en la investigación de un informe de la Policía Municipal que refleja que la quema del inmueble se llevó a cabo mediante el vertido de un «acelerador», como la gasolina, al que luego se le dio fuego.

«Sin reparo y sin conciencia»

En esta misma sesión también ha comparecido, entre otros testigos, la compañera sentimental del hombre fallecido en el incendio quien, alertada de lo ocurrido acudió al edificio, llegó allí justo para ver «unas llamas como nunca» había visto en su «vida» y ante las que, según ha comentado, su compañero «no tuvo posibilidad ninguna de escapar del infierno».

Esta mujer también ha dicho que el acusado conocía a todas las personas que residían allí, a pesar de lo cual «no tuvo reparo alguno» en incendiar la nave. «No tiene conciencia ninguna», ha zanjado.

Por su parte, la víctima que sufrió graves quemaduras al huir del lugar en llamas ha recordado angustiado cómo logró salir a la calle y que le «faltó muy poco» para morir «achicharrado» si una viga que se desprendió al poco de escapar hubiera caído antes. El juicio se reanudará este martes con nuevos testigos.