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«La Brigada» de congresistas más de izquierda y combativa es reelegida


Ya no serán unas recién llegadas al Capitolio. Las cuatro integrantes de “La Brigada” de congresistas demócratas han superado fácilmente la reelección. Alexandria Ocasio-Cortez (Nueva York), Ilhan Omar (Minnesota), Ayanna Pressley (Massachusetts) y Rashida Tlaib (Michigan) volverán a ocupar sus escaños en el Congreso. Las cuatro mujeres han defendido con ambición la acción climática, la sanidad pública y otras causas progresistas mientras soportaban ataques racistas por el color de su piel, por sus orígenes o religión, y burlas frecuentes del presidente, Donald Trump.

Las cuatro congresistas a las que Trump llamó «The squad» han sido vilipendiadas reiteradamente, han sufrido campañas de abuso. Antes de las elecciones, Trump lanzó frecuentes ataques xenófobos contra Ilhan Omar, llegándola a acusar en mítines, ante una audiencia abrumadoramente blanca, de «decirnos a nosotros cómo gobernar nuestro país». Omar llegó a EEUU a la edad de 12 años, tras huir de la guerra civil en Somalia. Cuando fue elegida por primera vez en 2018, se convirtió en la primera mujer afroamericana en representar a Minnesota en el Congreso.

El presidente también ha señalado con frecuencia a Alexandra Ocasio-Cortez como la «socialista radical» del Partido Demócrata. Según las cifras ofrecidas por la Junta Electoral del estado de Nueva York, Ocasio-Cortez llevaba una ventaja en los apoyos del 65% frente a su rival, el republicano católico de 60 años John C. Cummings, un debutante que recibió el 29% de los casi 153.000 votos escrutados en el distrito 14.

Ocasio-Cortez, de 31 años, se mostró convencida de que los demócratas más progresistas iban a reforzar su presencia institucional y bromeó con que se iban a unir más políticos a “The Squad”. «Gracias Bronx y Queens por reelegirme para el Congreso a pesar de los millones gastados contra nosotros y gracias por creer en mí para representaros una vez más», dijo en Twitter. «Servir a NY 14 y luchar por las familia de las clases trabajadoras en el Congreso ha sido el mayor honor, privilegio y responsabilidad de mi vida».

Aprovechó la ocasión para valorar los inciertos resultados en la pugna entre Trump y Biden y no perdió la oportunidad de lanzar un dardo a su partido: «No voy a comentar demasiado sobre los resultados electorales, pero voy a decir que llevamos mucho tiempo haciendo sonar las alarmas sobre las vulnerabilidades del Partido Demócrata con el voto latino, durante mucho, mucho tiempo. Hay una estrategia y un camino, pero no se ha puesto el esfuerzo necesario. Tenemos trabajo por hacer».

En un mensaje dirigido a sus partidarios, Ayanna Pressley dijo que «juntos hemos luchado por nuestra humanidad compartida. Nos hemos organizado. Nos hemos movilizado. Hemos legislado nuestros valores. Estoy muy orgullosa de ser su congresista y su socia en el trabajo. Creo en nuestro poder. Y solo estamos comenzando».

Rashida Tlaib, quien con Ilham Omar fue una de las dos primeras mujeres musulmanas en ser elegidas al Congreso hace dos años, felicitó a Pressley con un mensaje que decía «La Brigada es grande y resiliente».

Desde que asumieron el cargo en enero de 2019, las congresistas han inspirado y animado la base más progresista y combativa de los demócratas, con sus mensajes han iluminado las redes sociales, pero también han atraído la controversia y la ira de Trump, algo que, al parecer, les ha hecho más fuertes electoralmente. Encima ya se apuntan nuevos nombres para “La Brigada”, el de los congresistas con posiciones progresistas que han ganado su reelección, como Pramila Jayapal (Washington), Mark Pocan (Wisconsin), Jamaal Bowman (Nueva York) y Cori Bush (Missouri).

 

Los demócratas no consiguen arrebatar la mayoría en el Senado a los republicanos

Los republicanos partían en las elecciones con una ventaja de 53 senadores frente a 47, pero los demócratas tenían sus ojos puestos en una ambiciosa ofensiva que combinaba candidatos moderados en estados conservadores, gobernadores o una expiloto de la Fuerza Aérea, todos ellos muy bien financiados para cambiar la mayoría del Senado, que renovaba 35 de su centenar de asientos.

Pero los planes no salieron como estaba previsto. El líder de los republicanos en el Congreso, Mitch McConnell, fue de los primeros en revalidar con holgada ventaja su puesto. A McConnell le siguieron Lindsey Graham en Carolina del Sur o John Cornyn en Texas.

Tampoco pudieron arrebatar los asientos al Senado por Montana, con el popular gobernador demócrata Steve Bullock como candidato, o Iowa, lo que hizo cada vez más difícil su victoria final. Los senadores republicanos vieron así reivindicado el trabajo que han hecho en los últimos años para Trump en la Cámara Alta, incluida la reciente y controvertida confirmación exprés de la ultraconservadora Amy Coney Barrett como nueva jueza del Tribunal Supremo o el trámite y absolución del proceso político al presidente. Los demócratas sí lograron ganar con el astronauta retirado Mark Kelly el antiguo puesto del difunto John McCain en Arizona –Una venganza póstuma del único líder republicano que plantó cara a Trump– y con el exgobernador John Hickenlooper, uno en Colorado.

Perdieron, sin embargo, el escaño de Alabama que habían tomado hace dos años más por deméritos de su rival republicano, un ultraconservador acusado de acoso sexual a menores, que por méritos propios.

A última hora de la noche los republicanos ganaban ya por 48 a 45 escaños y las posibilidades de una sorpresa demócrata se desvanecían.GARA