INFO

Una veintena de personas pernoctan en el albergue Jesús y María de Iruñea

Una media de veinte personas duermen cada día en el albergue Jesús y María, habilitado por el Ayuntamiento de Iruñea para personas sin hogar, tal y como hizo en la primera oleada de la pandemia.

Camas del albergue Jesús y María de Iruñea. (IRUÑEKO UDALA)

Una media de veinte personas sin hogar acude cada noche a dormir al albergue Jesús y María, un recurso que el Ayuntamiento de Iruñea ha vuelto a habilitar como centro de acogida, al igual que hizo en marzo durante la primera oleada de pandemia de la covid-19.

El objetivo de esta iniciativa es atender, en el momento actual de crisis sanitaria, a la población más vulnerable, de manera que tengan un lugar donde poder pernoctar ante las limitaciones horarias impuestas con la nueva declaración del estado de alarma y la imposibilidad de salir de Nafarroa.

Se trata, según precisa el Ayuntamiento, de personas que viven en la calle y pernoctan en espacios públicos (cajeros, puentes o edificios abandonado).

El albergue abre entre las 20.30 y las 8.30 horas y se plantea como un recurso integral, que además de dar alojamiento a estas personas, incluye cena y desayuno, y garantiza el aseo y la lavandería.

Tiene capacidad para cuarenta personas y actualmente, según la estimación del Consistorio, en la ciudad hay unas 23 personas que podrían acceder al recurso. El equipo de educadores de calles está avisando a estas personas para que vayan alojándose.

Para la priorización de accesos se ha tenido en cuenta, en primer lugar, a quienes no tienen recursos ni una alternativa habitacional y en segundo lugar, a quienes tienen ingresos y no pueden acceder a otro espacio.

Albergue de peregrinos

Este centro funciona habitualmente como albergue turístico o de peregrinos que realizan el Camino de Santiago y el cambio, según precisa el Ayuntamiento, ha permitido que continúen trabajando parte de las personas con discapacidad que venían prestando su servicio en el edificio a través del contrato adjudicado a Aspace, evitando que entren en ERTE, e integrar a una persona que realiza trabajos en beneficio de la comunidad.

Se ha contratado a personal de seguridad para «garantizar la seguridad y la adecuada convivencia en el recurso».

Para su puesta en marcha, ha colaborado alumnado de las escuelas taller del Ayuntamiento en la fabricación de jaulas para perros, para poder dar cobertura a los animales que acompañan a estas personas. También han colaborado personas desempleadas de colectivos vulnerables en la fabricación de paneles para garantizar una mejor separación de las zonas comunes.

El albergue se suma al Centro de Atención a Personas sin Hogar, ubicado en Trinitarios, que actualmente roza la plena ocupación, sin apenas capacidad para acoger a más gente, apunta el Ayuntamiento que indica que de esta forma «se atiende de manera completa» a un colectivo de personas de alta exclusión.

Son personas con problemáticas de distinto tipo que no suelen hacer uso del Centro Municipal por propia voluntad, pero en estos momentos deben estar recogidas de cara a cumplir las limitaciones de deambular por la calle en horario nocturno y las medidas para la evitar la propagación del virus.