Autogol diplomático de España: un Estado que no reconoce y otro nuevo en su camino a Qatar
España renunció a organizar un Europeo sub-17 para no acoger a Kosovo y negó escala aérea a su campeón liguero. Ahora tendrá que enfrentarle en la clasificación para el Mundial masculino. Justicia poética para Euskal Herria o Catalunya en la peculiar geopolítica futbolística.
Los caminos de la geopolítica son más retorcidos que los del fútbol para la selección española. Nadie duda del nivel competitivo de los de Luis Enrique, pero en los despachos no habrá sentado nada bien que tengan que jugarse la plaza para el Mundial con un Estado que Madrid no reconoce –Kosovo– y con otro de nuevo cuño –Georgia–. Aunque podría haber sido peor, porque había un rival al que pidió expresamente a la FIFA no tener que enfrentarse: Gibraltar.
Visto desde Euskal Herria, y también desde Catalunya, el sorteo de este lunes tiene su justicia poética. El Estado español lleva doce años evitando el reconocimiento de la independencia de Kosovo, para evitar el evidente paralelismo con una eventual asunción internacional de una declaración similar por parte de las naciones vasca y catalana.
Georgia, por su parte, ilustra cómo se ha movido ese mapa europeo que Madrid quiere presentar como inamovible. En las últimas tres décadas han surgido 16 nuevos estados que cambian totalmente las coordenadas de estos sorteos clasificatorios. Georgia se independizó en 1991.
Se le suma la anterior aceptación como selecciones oficiales de otras que no tienen condición de estado, con casos tan diferentes como Escocia, Gales, Islas Feroe o Gibraltar. Inglaterra ha competido con Escocia incluso en Mundiales, Dinamarca e Islas Feroe conciertan amistosos sin problemas... «Spain is differente», como muestra su petición a la FIFA para no tener que jugar contra Gibraltar en el camino al Mundial 2020.
Desde la Federacion Española se intenta dar normalidad al choque con Kosovo, pero la historia reciente deja un par de evidencias de que la cuestión está lejos de encararse pacíficamente. En febrero de 2019 la misma Federación renunció a organizar una ronda del Europeo sub-17 para no tener que acoger a Kosovo (terminó jugándose en Nyon, pero con los gastos a cargo de España). Y un par de años antes el campeón de la liga kosovar denunció que se le había impedido usar un aeropuerto español para llegar a Gibraltar a jugar la previa de la Champions.