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Científicos alertan en ‘Science’ del descontrol en plantas solares y eólicas del Estado español

El artículo publicado en la prestigiosa revista ‘Science’ está firmado por una veintena de científicos expertos en conservación de aves y murciélagos, quienes reclaman una «planificación ambiciosa y buenas prácticas» para que «las necesarias renovables» no pongan en riesgo la biodiversidad.

Buitres leonados volando en pleno parque eólico. (Iosu ANTON)

El borrador del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) para 2030 contempla en el Estado español 89 GW de energía eólica y solar fotovoltáica. Según la Red Eléctrica Española, sin embargo, la suma de las plantas ya instaladas y las que cuentan con permiso para construirse suman más de 150 GW. Estas cifras dan una imagen del descontrol y la falta de planificación que reinan en un sector sobre el que ha habido noticias de calado esta semana en Euskal Herria, después de que el Gobierno de Gasteiz e Iberdrola anunciasen cuatro nuevas plantas eólicas en Araba.

En un artículo publicado en la prestigiosa revista "Science", una veintena de científicos, entre los que encontramos a los profesores e investigadores de UPV-EHU Joxerra Aihartza e Inazio Garin, señalan que «el actual proceso acelerado y desordenado de expansión de las energías solar y eólica puede acabar produciendo daños irreversibles en la biodiversidad». «De no abordar de forma inmediata los múltiples problemas asociados a la implementación de renovables, la transición energética tendrá el dudoso privilegio de ser recordada no solo por el cambio de modelo energético, sino por poner en jaque algunos de los valores naturales», añaden.

En la carta no cuestionan la necesidad de impulsar las renovables –de hecho, destacan «su apoyo firme»–, pero piden que se haga de forma ordenada y planificada, de manera que se evite una burbuja especulativa en el mercado secundario, algo que no parece que se esté consiguiendo. Los científicos añaden que estos parques suelen instalarse en suelos baratos, sobre todo áreas agrícolas marginales y áreas de media montaña, «ambas con alto valor ecológico», pero sin protección legal ninguna.

De hecho, aportan algunas cifras. Ya hoy en día, se calcula que un millar de buitres leonados muere en los parques eólicos del Estado español. En el caso de los murciélagos, aunque el seguimiento es más complicado, añaden que los ejemplares muertos al año son al menos 200.000. «El impacto que puede tener la pérdida de estas especies en los servicios ecosistémicos que prestan a las sociedades humanas puede ser muy importante.

Orden, planificación y racionalidad

Los problemas, según los firmantes, no son intrínsecos a las energías renovables, sino que «nacen de una mala planificación», a menudo fruto de «información sin actualizar y no contrastada científicamente, generada por las mismas empresas que son beneficiarias de los proyectos».

Como remedio, abogan por un proceso «más planificado y racional» que deseche malas prácticas como el fraccionamiento de proyectos, así como por un impulso de políticas energéticas «más distribuidas y descentralizadas». «Eficiencia, gestión de la demanda, ahorro de energía, autoconsumo y mejora del rendimiento energético de los edificios» son algunos de los elementos que «reducirían los impactos ambientales directos».

José Antonio Donázar, investigador del CSIC en Doñana, resume las demandas efectuadas a las administraciones estatal y autonómicas, a las que instan a «tomar conciencia de los enormes problemas de conservación asociados a la forma en que se están haciendo las cosas, que hay que corregir de inmediato si de verdad queremos que estas energías sean más verdes que grises».