Perdón y memoria para las más de 2.500 brujas de Escocia
La plataforma Witches of Scotland reivindica que se pida perdón y el reconocimiento nacional para las 2.558 personas que fueron ejecutadas en Escocia bajo la Ley de brujería entre 1563 y 1736.
Se calcula que la caza de brujas en Escocia terminó con la vida de de 2.558 personas entre los años 1563 y 1736. Hoy, siglos después, la plataforma Witches of Scotland (Brujas de Escocia), busca el reconocimiento nacional para ellas y que se les pida perdón.
En 1563, entró en vigor en Escocia la Ley de Brujería y se mantuvo vigente hasta 1736. Durante este tiempo, la brujería fue un crimen capital y los condenados (los citados 2.558) fueron estrangulados hasta la muerte y luego quemados en la hoguera para no dejar ningún cuerpo para enterrar. Y es que el diablo podría ayudarlas a volver a la vida, por lo que había que deshacerse del cuerpo.
Se estima que durante ese periodo un total de 3.837 personas fueron acusadas de brujería en el norte de la isla. La gran mayoría de ellas, un 84% según un estudio de la Universidad de Edimburgo, eran mujeres y fueron ejecutadas durante el mandato de Jacobo I de Inglaterra y VI de Escocia (1567-1625).
La abogada Claire Mitchell y la escritora Zoe Venditozzi son dos de las promotoras de la iniciativa que exige memoria para todas aquellas víctimas. «Cuando se les acusaba de brujería, se encerraba a las personas en espera de juicio y se las torturaba para que confesaran. La privación del sueño solía ser una forma de tortura en Escocia», explican en su último podcast. Además de ello, ha quedado documentado que les pinchaban la piel a la espera de que sangrasen y las desnudaban «en busca de marcas de brujería».
Las acusaciones iban muchas veces ligadas a salidas nocturnas para «bailar con el diablo» o «tener relaciones sexuales con él», cuenta Mitchell. Las culpables eran ejecutadas y las «medio culpables», desterradas.
Uno de los episodios más conocidos fue el protagonizado por el rey Jacobo en los juicios de Brujas de la ahora turística North Berwick, donde una de las acusaciones fue que se había utilizado la brujería para crear tormentas y causar una mala navegación al barco del propio monarca a través del océano, cuando volvía de Dinamarca. 70 personas fueron condenadas y ejecutadas.
La caza de brujas duró hasta 1736. Entonces se reconoció que la ejecución de personas por brujería «estaba mal» y la ley se cambió por la de «fingida brujería», pasando a tener una pena máxima de un año de prisión.
Ahora, casi tres siglos después, Witches of Scotland desea «llevar toda la justicia póstuma que podamos a aquellos que fueron acusados y juzgados como brujas de manera tan cruel e injusta». Así, a la disculpa y al perdón por parte de las autoridades, esperan añadir un monumento nacional.
Hay pequeños monumentos en algunos lugares de Escocia, como el pozo de las brujas en Edimburgo, un pequeño recordatorio a las afueras del castillo de la capital escocesa que pasa desapercibido para los miles de turistas que se acercan a diario y en el que se ejecutaron a unas 300 mujeres. Pero no un gran monumento nacional. «Hay estatuas de hombres, caballos, de un oso que hizo grandes cosas durante la Segunda Guerra Mundial… No hay de mujeres. No solo de ellas, de ninguna mujer que haya hecho grandes cosas», subraya Mitchell.
Las brujas, la cerveza y el mundo para hombres
Los signos que a través de cuentos, dibujos o películas tanto hemos asociado a las brujas (palos de escoba, calderos o sombreros negros puntiagudos) eran en realidad cosas de las "alewives", mujeres que elaboraban cerveza débil en la época medieval, como método para combatir la mala calidad del agua. La elaboración de cerveza se consideraba en Escocia «un trabajo de mujeres» y, cuando se convirtió en un negocio rentable, las mujeres fueron expulsadas del puesto. «Se hizo que la gente sospechara de sus brebajes y las vincularon con la brujería para sacarlas de sus puestos de trabajo. Y así los símbolos de la cervecería se convirtieron en los de las brujas».
Siglos después, Claire Mitchell y Zoe Venditozzi denuncian la jugada se repita. «En la actualidad hay una considerable desigualdad y como consecuencia de ella la sociedad padece otra caza de brujas moderna», señalan. «Mujeres atacadas en redes sociales, sintiéndose inseguras al caminar solas por la calle por la noche, preocupadas por ser atacadas. Seguimos viviendo en un mundo para hombres. Las mujeres no disfrutamos de igualdad, no estamos en el mismo plano», denuncian.