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Juanito Oiarzabal se despide de los ochomiles

«Lo más natural es que estuviera muerto. La grandeza de Juanito radica en la suerte que ha tenido». Juanito Oiarzabal dice adiós a los ochomiles, y firmará a modo de despedida un documental junto a su hijo Mikel y  el director de ‘Al filo de lo imposible’, Sebastián Álvaro. 

Juanio Oiarzabal, en un homenaje a Alberto Zerain en 2017. (Juanan RUIZ / FOKU)

Juanito Oiarzabal ha confirmado este jueves su adiós a los ochomiles, y lo hará a través de un documental que ya ha comenzado a grabar junto a su hijo Mikel y el director de ‘Al filo de lo imposible’, Sebastián Álvaro, en zonas de Pakistán, Nepal y Patagonia.

El alpinista alavés, que cumplirá 65 años el próximo mes de marzo, ha ofrecido una rueda de prensa en la que ha explicado los motivos por los que dejará de visitar las cimas más altas del planeta, tal y como ha hecho durante sus más de 30 años de carrera profesional, que comenzó con su primera ascensión al Cho Oyu (8.201 metros) en 1985.

En 1999 se convirtió en el primer vasco –la sexta persona en el mundo– en subir las catorce cimas más altas del planeta, hito que posteriormente han alcanzado Alberto Iñurrategi en 2002 y Edurne Pasaban –primera mujer del mundo– en 2010.

Oiarzabal comenzó en 2009 su reto de hollar por segunda vez estos catorce picos, pero un edema pulmonar en 2012 frenó en seco su proyecto.

Esto, añadido a la pérdida de su gran amigo Alberto Zerain le ha llevado a tomar la decisión de abandonar este objetivo, tras 26 ascensiones a cumbres de más de ocho mil metros.

«Tendrá que pasar mucho tiempo para que haya una persona que dé la segunda vuelta a los catorce ochomiles porque no es fácil mantenerse vivo», ha considerado Juanito Oiarzabal. «He tenido mucha suerte», ha reconocido. Además de sufrir numerosas fracturas y estar a punto de perder la nariz en dos ocasiones por congelaciones, le tuvieron que apuntar los dedos de los pies en la repetición del K2 (8.611 metros) en 2004.

Juanito Oiarzabal no se ha querido olvidar en este momento de todas las personas que le han acompañado en estos años. «Después de las 47 expediciones y los 26 ochomiles es más difícil estar aquí contándolo. Lo más natural es que estuviera muerto. La grandeza de Juanito radica en la suerte que ha tenido», ha insistido.

El gasteiztarra acaba de llegar del Karakórum (Pakistán), donde acudió con su hijo Mikel y su amigo Sebastián Álvaro para iniciar un documental por uno de los lugares más significativos para él. Nepal y Patagonia serán sus próximos destinos para contar una vida ligada a las grandes montañas.

No obstante, Juanito Oiarzabal ha dejado claro que no cuelga los crampones, ya que se dedicará a ser guía de montaña y a hacer expediciones a menor altura.