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El penúltimo «recado de despedida» de Trump agravará la guerra en Yemen

Con la vista puesta en Irán, Trump incluirá a sus aliados huthíes en Yemen en la lista de «grupos terroristas». Una decisión que agravará la crisis humanitaria en el país árabe y aleja aún más las débiles esperanzas de paz.

EEUU incluirá en su «lista negra» a los rebeldes huthíes en Yemen. (Mohammed HUWAIS/AFP)

El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, ha anunciado hoy lunes que la Administración Trump saliente quiere incluir a la guerrilla huthí de Yemen y a sus mandos en la lista de «organizaciones terroristas internacionales» y que presentará una petición al respecto al Congreso en los próximos días.  

EEUU pondrá así en su punto de mira al líder de los huthíes, Abdulmalik al Huthi y a los altos cargos de Ansar Allah (nombre real del grupo) Jalif Badradin al Huthi y Abdulah Yahya al Hakim.

La medida entrará en vigor el 19 de enero, justo en la víspera del adiós del magnate Donald Trump y la investidura presidencial de Joe Biden.

Minoría zaidí

Los huthíes son un movimiento político-militar islamista surgido de la minoría zaidí (corriente religiosa chií), mayoritaria en las provincias montañosas del norte de Yemen.

Históricamente discriminados por el poder central yemení y de profesión suní, los huthíes, que deben su nombre a la dinastía de líderes tribales que fundaron el partido Ansar Allah («Seguidores de Alá»), libraron varias guerras desde los noventa contra Sanaa.

Los huthíes acogieron con esperanza la revuelta popular que destronó a su histórico enemigo, el eterno presidente Ali Abdulah Saleh, en el marco de la Primavera Árabe de 2011.

No obstante, el nuevo Ejecutivo se negó a secundar la petición de los huthíes –compartida por los sudistas de Aden– de transformar el país en clave federal.

Aprovechando la desilusión popular con un nuevo gobierno yemení incapaz de satisfacer las expectativas y sujeto al control total de Arabia Saudí, los huthíes aprovecharon el caos para lanzarse en 2014 a la conquista de la capital. Las tribus suníes del centro del país les dejaron hacer.

Arabia Saudí les declaró la guerra apoyando al gobierno yemení legítimo y reconocido por la ONU. Pero los huthíes no solo han resistido la ofensiva en prácticamente todos los frentes, sino que han lanzado ataques contra la retaguardia saudí y sus intereses petroleros.

Cuentan para ello con una temeridad militar indomable, con el adiestramiento desde hace años del Hizbullah libanés, y con el apoyo, logístico y en arsenales, de Irán, en un conflicto que se ha convertido en una guerra regional por delegación.

Una guerra compleja y enrevesada

El todavía jefe de la diplomacia estadounidense, Mike Pompeo, ha justificado la medida contra los huthíes responsabilizándoles del ataque con misiles el pasado 30 de diciembre al aeropuerto Aden, capital del sur, en plena llegada del Gobierno yemení en el exilio en Ryad, y que mató a 27 personas.

Los huthíes han negado responsabilidad alguna en el ataque y se lo han imputado a «facciones mercenarias» relacionadas con las fuerzas del Consejo de Transición del Sur (CTS). Precisamente el regreso a Aden del Ejecutivo yemení fue posible por un acuerdo político con el citado CTS.

La guerra yemení es un escenario cada vez más complejo y enrevesado. Pero, en todo caso, lo más evidente es que la medida anunciada por EEUU puede agravar aún más la crisis humanitaria que asola a uno de los países árabes más empobrecidos desde el comienzo del conflicto.

Actualmente, casi el 80% de la población, unos 24 millones de personas, necesitan asistencia en el país, donde hay más de 20 millones en inseguridad alimentaria.

Pero poco importa eso a Trump, quien en el ámbito internacional sigue tomando medidas que condicionarán a la inminente nueva Administración mientras afronta varas propuestas de destitución tras el asalto al Congreso: la antepenúltima con respecto a Taiwán y China.

Los huthíes han denunciado los planes de Washington y advierten de que podrían responder a las amenazas de EEUU. «Son los americanos los que están en el origen del terrorismo. Las políticas y las acciones de la Administración Trump son también terrorismo y nos reservamos el derecho a responder»,  ha señalado su portavoz, Mohamed Ali al-Houthi.