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Negociadores del proceso de paz de Colombia piden a Biden que revise la actitud hacia Cuba

Los que fueron negociadores del proceso de paz de Colombia por parte del Gobierno, Humbero Lacalle, y de la guerrilla de las FARC, Sergio Jaramillo, han pedido al próximo Gobierno estadounidense de Joe Biden que revise la inclusión de Cuba en la lista de «patrocinadores del terrorismo».

El jefe negociador del Gobierno, Juan Camilo Restrepo, y el del ELN, Pablo Beltrán, se estrechan la mano en una de las jornadas de negociación. (Juan CEVALLOS/AFP)

«Alentamos vivamente a la próxima administración del presidente electo Biden a revisar la decisión de incluir a Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo por facilitar el proceso de paz de Colombia, y estamos a disposición para dar fe de lo que conocimos», han señalado, en un comunicado conjunto, los que fueron negociadores del proceso colombiano, Humbero Lacalle por parte del Gobierno, y Sergio Jaramillo, excomisionado de las FARC.

Entre las razones para que EEUU haya incluido a Cuba en la lista se encuentra haber acogido a los representantes del ELN en las negociaciones que esta guerrilla también llevó a cabo con el Gobierno colombiano en La Habana, en este caso sin éxito.

En el comunicado divulgado este viernes, ambos subrayan que no solo está en juego paz con el ELN o las relaciones de los Estados Unidos con Cuba, «sino la posibilidad misma de llevar a cabo negociaciones de paz».

«Si los países que facilitan esfuerzos de paz corren el riesgo de terminar designados como patrocinadores del terrorismo, en adelante se lo pensaran dos veces antes de comprometerse con esos esfuerzos», añaden.

Nueva relación de Colombia con EEUU

Asimismo, critican al Gobierno de Iván Duque por alinearse con el programa ideológico de la administración Trump «y dejar las relaciones internacionales de Colombia en su punto más bajo».

«Ahora que esa administración termina su período atentando contra su propio proceso electoral y violando su propia constitución, es hora de que Colombia de un viraje y busque una nueva relación, más constructiva, con los Estados Unidos», señalan los exnegociadores.

«Duque rompe los protocolos firmados»

A su juicio, que el Gobierno de Duque haya exigido la entrega de los miembros de la delegación del ELN, en contra de los protocolos firmados para las conversaciones, que exigen regresar a los negociadores del ELN a sus lugares de origen en caso de rompimiento de las conversaciones, suponen «un despropósito y un acto de ingratitud estatal sin par con la República de Cuba»

Agregan que los atentados del ELN no cambian los términos de lo acordado formalmente por Colombia en el marco del proceso de paz.

Lacalle y Jaramillo recuerdan que, al igual que en su momento los miembros de la delegación de las FARC, «todos los miembros de la delegación del ELN estaban autorizados por el gobierno de Colombia para participar en las negociaciones, y sus órdenes de captura habían sido levantadas».

Asimismo, critican que eln Gobierno ignorara esa obligaciones internacionales de Colombia «y haga el juego a una estrategia de corte ideológico de la saliente administración americana, que desde el inicio tenía como objetivo, como era fácil adivinar, poner de nuevo a Cuba en el listado de países que patrocinan el terrorismo».

Recuerdan también que durante las ocho rondas negociadoras entre 2005 y 2007 ente el gobierno Uribe y el ELN, esta guerrilla secuestró 236 civiles, según cifras oficiales, y no liberó ninguno. «Y sin embargo al gobierno Uribe probablemente nunca se le pasó por la cabeza exigir la extradición a Colombia de la delegación de paz del ELN para responder por esos actos, porque sabía que eso suponía romper con las reglas de juego que permiten una negociación», destacan.

«Sin el compromiso de Cuba no habría habido acuerdo de paz»

Respecto a Cuba, destacan el apoyo decidido de su gobierno en la negociación entre el Gobierno y las FARC, «que echó mano de sus mejores recursos para garantizar junto con Noruega el éxito de las conversaciones».

«Siempre dejaron en claro que las FARC estaban en La Habana para negociar la paz, y para nada más (...) las autoridades cubanas ejercieron especial vigilancia sobre la delegación de las FARC, para asegurar que su presencia en La Habana se ajustara a los propósitos del proceso de paz».

«Sin el compromiso y el aporte de Cuba no habría habido acuerdo de paz en Colombia», zanjan los antiguos negociadores colombianos.