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Córdoba sale cedido al Alavés con la intención de demostrar su valía en Primera

El mercado invernal se cierra en el Athletic con la salida a última hora de un jugador que había perdido protagonismo esta temporada con Garitano y no ha contado para Marcelino.

Córdoba recibe instrucciones de Marcelino en un entrenamiento en Lezama. (@AthleticClub)

Iñigo Córdoba jugará cedido en el Alavés lo que resta de temporada. El bilbaino cumplirá 24 años en marzo y tiene contrato hasta 2022. Se trata de una oportunidad para reivindicarse como futbolista de Primera, que lo es como demuestran los casi 100 partidos que lleva con el primer equipo. No lo tendrá fácil en un equipo que con Abelardo tendrá que pelear por escapar de los puestos de descenso.

Tras debutar en 2017 de la mano de Ziganda, esta campaña no estaba contando con oportunidades. Fue uno de los jugadores que dio positivo por coronavirus en la pretemporada, le costó entrar en la dinámica del grupo y además tuvo problemas físicos. Garitano le otorgó la titularidad en la derrota ante el Alavés en Mendizorrotza, pero apenas ha participado en tres partidos con el de Derio. La irrupción de Morcillo y el fichaje de Berenguer le han relegado a un segundo plano en las preferencias de los técnicos.

Con la llegada de Marcelino se ha quedado fuera de las convocatorias y no ha tenido ningún minuto. Debido a las lesiones de Yuri y Balenziaga al técnico asturiano se le planteaba la posibilidad de retrasar la posición de Córdoba, pero lo descartó y finalmente ha salido cedido.

Córdoba es un futbolista formado desde los 9 años en Lezama que ha pasado por todas las categorías inferiores. Hacía años que no aparecía un futbolista zurdo de banda en esa demarcación. Sin embargo, el bilbaino no tenía ese punto de lucidez, o habilidad, para hacer gol o meter el último pase. Siempre se ha caracterizado por ser un jugador de equipo, con un trabajo espectacular a nivel defensivo.

La temporada pasada con Garitano estuvo marcada por los altibajos. De ser parte del once más utilizado a pasarse varios meses sin contar. Córdoba desapareció de las alineaciones en el tramo en el que se encadenaron los partidos de Liga con las eliminatorias de Copa. Regresó justo antes de la pandemia participando en el triunfo ante el Villarreal, en la semifinal de Granada y en la victoria ante el Valladolid en la que marcó un gol. Esa misma jornada, su hermano Asier, que ahora está en el segundo equipo de Osasuna, también anotaba un golazo con el Bilbao Athletic.

En Granada, fue decisiva su aportación en el gol de Yuri que dio el pase a la final de Copa, abriendo el carril para la entrada del lateral.

Meses antes, en un partido ante el Espanyol en San Mamés en el que los rojiblancos se impusieron con comodidad, era pitado por un sector de la afición que le recriminaba más mordiente en ataque. Nadie discute que es un jugador que transmite cierta frialdad, pero es difícil de entender cómo siendo del Athletic se puede criticar a un futbolista formado y crecido en Lezama. Ahora que se celebran 50 años de la puesta en marcha del proyecto de cantera rojiblanca, está bien sentir orgullo y exigir a los jugadores, pero también hay que saber dar apoyo cuando las cosas no salen bien.