INFO

El Senado comienza el segundo juicio político a Trump con las imágenes del asalto al Capitolio

El Senado de EEUU ha aprobado la constitucionalidad del segundo juicio político al expresidente Donald Trump. Un vídeo con las imágenes del asalto al Capitolio y la arenga previa de Trump ha dado inicio a un proceso que republicanos y demócratas quieren acabar rápidamente

Los electos que ejercen la acusación y la defensa de Trump llegan a la primera sesión del juicio.(Eric BARADAT/AFP)

Con un impactante vídeo que yuxtapone declaraciones feroces de Donald Trump y las imágenes de sus partidarios irrumpiendo violentamente en el Capitolio, los demócratas han abierto este martes el juicio contra el expresidente de Estados Unidos, acusado de «incitación a la insurrección».

En la sesión de hoy los senadores han aprobado la constitucionalidad del proceso, con 44 votos en contra y 56 a favor, tan solo seis de ellos de senadores republicanos. 

Trump no testificará en este juicio, el segundo al que le somete el Senado tras su absolución a comienzos de 2020, y el primero al que se lleva a un expresidente del país. Y hay pocas dudas de que será absuelto gracias al aún fuerte apoyo de los republicanos.

Pero los demócratas han llegado decididos a recordar la violencia del 6 de enero, que terminó con varios muertos y pasará a la historia.

La acusación contra Trump se basa en «hechos concretos y sólidos», ha asegurado el jefe de los «fiscales» demócratas, el electo Jamie Raskin, en la misma cámara del Senado donde se habían precipitado los manifestantes pro Trump.

Durante al menos diez minutos, sin ningún comentario, ha proyectado un video que pone en perspectiva las imágenes que ilustran el asalto en Capitol Hill, sede del Congreso de Estados Unidos.

En ellas ha aparecido un discurso de Donald Trump llamando a sus miles de manifestantes, reunidos frente a la Casa Blanca, a manifestarse «de manera pacífica y patriótica» hacia el Capitolio para hacer «oír su voz».

«Nunca recuperarás nuestro país siendo débil. Debes mostrar fuerza»», lanzó aquel día a la multitud enardecida.

Después, tras la solemne apertura de las sesiones parlamentarias para certificar el resultado electoral, las imágenes de los manifestantes forzando las barreras policiales para entrar al Capitolio, buscando por sus pasillos a los electos mientras estos eran evacuados o se refugiaban.

También ha recordado que dos horas después,  Trump tuiteó un video en el que decía que la elección fue un fraude y, aunque pidió a los manifestantes que regresaran a casa, agregó: «Los amamos».

Acabar rápido el juicio

Si estos hechos «no están sujetos a un proceso de acusación, entonces nada lo está», ha concluido Jamie Raskin.

Los 100 senadores que actúan como jurado son pues a la vez testigos y víctimas del ataque.

Sin embargo, la Constitución requiere una mayoría de dos tercios para un veredicto de culpabilidad. A pesar de que senadores republicanos han criticado duramente su papel, parece poco probable que 17 unan sus voces a las de los 50 demócratas para condenar a un Trump todavía muy popular entre su base.

Sin embargo, una cosa une a ambos partidos: todos quieren acabar rápido, y la votación final podría tener lugar a principios de la próxima semana.

Los republicanos no quieren detenerse en un asunto que divide sus filas; los demócratas quieren que el Senado pueda volver a centrarse rápidamente en aprobar los candidatos y las leyes de Joe Biden.

Presentándose como un «unificador» de un país dividido, el presidente se cuida de mantenerse alejado del proceso y ha confirmado que «no lo voy a ver».

Tanto la acusación como la defensa tienen 16 horas durante dos días para presentar su caso.

Un juicio «absurdo» frente a pruebas «abrumadoras»

Los abogados de Trump, David Schoen y Bruce Castor, consideran «absurdo e inconstitucional llevar a cabo un juicio político contra un ciudadano particular», un argumento repetido por muchos republicanos que buscan así una forma de oponerse a la condena de Trump sin tener que emitir un juicio sobre su conducta, a fin de evitar incomodar a los partidarios del presidente y, a la vez, no tener que justificar su comportamiento.
 
En su argumento los «fiscales» demócratas han citado «pruebas abrumadoras» de la culpabilidad del magnate, responsable de «la peor violación de la Constitución jamás cometida por un presidente estadounidense».

«Encendió la llama de la violencia y la arrojó al polvorín que llevaba meses creando», han acusado, a la vez que recuerdan los meses que pasó negando su derrota electoral y denunciando, contra toda evidencia, un fraude masivo.

Para sus abogados, «el presidente Trump no instó a nadie a cometer actos ilegales» y afirmar que podría ser responsable de la violencia de un «pequeño grupo de delincuentes» es «simplemente absurdo».